El papa Francisco ha aceptado hoy, 25 de enero, la renuncia del cardenal Juan Luis Cipriani al arzobispado de Lima y ha nombrado nuevo arzobispo al sacerdote diocesano Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio (Lima, 1950). De esta manera, el Papa jubila al purpurado, que lleva dos décadas en el cargo y que no hace ni un mes que pidió su renuncia al cumplir los 75 años, según las normas del Código de Derecho Canónico. El nuevo prelado es doctor en Teología por la Universidad Gregoriana y actual docente de la Universidad Católica de Perú, como reza el comunicado hecho público por la Santa Sede a las 12:00 horas.
Mattasoglio ingresó a los 9 años, en 1959, al colegio San Agustín. Seis años después, en junio de 1965, asistió a un retiro en el Seminario de Santo Toribio que fue decisivo para definir su vocación, como recoge en su biografía. Un año después se convertiría en integrante de la Juventud Estudiantil Católica (JEC), participando como delegado ante la Asamblea Episcopal Regional. Fue ordenado sacerdote por el cardenal Juan Landázuri en 1984, cuando tenía 34 años. Ha estudiado ocho años en Roma y tras su regreso al país, ejerció como vicario en Tablada de Lurín. Luego pasó a la parroquia San Juan Apóstol del Rímac.
El nuevo arzobispo es amigo personal del padre Gustavo Gutiérrez y el elegido por Jorge Mario Bergoglio para renovar la Iglesia peruana. En una entrevista en junio a La República con motivo del 90 cumpleaños del padre de la Teología de la Liberación, Mattasoglio dijo que “no podemos ser cristianos aislados, y menos en cuanto a la teología, que es una reflexión sobre la fe, teniendo en cuenta la palabra de Dios”.
Es autor de varios libros, entre ellos ‘Libres para creer. La conversión según Bartolomé de las Casas en la historia de las Indias’; ‘Joven, a ti te digo ¡levántate!’; ‘La opción por los jóvenes en Aparecida’, y ‘Caminando en el amor. El pastor de una iglesia viva’, que recopila testimonios de quienes conocieron la vida y obra del cardenal Landázuri, y de quien Castillo se confiesa como un ferviente seguidor.
En este homenaje al purpurado, Mattasoglio explicó: “Escribo con gusto estas notas sobre el laicado en el ministerio de mi amigo el cardenal Juan, no solo porque él acogió mi vocación laical, de cristiano comprometido con el pueblo y con la Iglesia, y reconoció ese camino para volcarlo a favor de la vocación sacerdotal, sino también porque hasta hoy en mi vida la mayor parte de mis años todavía son como laico; solo cuando llegue a los 68 años tendré la mitad de mi vida como laico y la mitad como sacerdote”. Y sí, justo cuando llega a ese ecuador el Papa ha decidido confiarle la diócesis limeña.