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José Álvarez: “En las escuelas fácilmente tenemos dinero para construir, pero pocas veces para propuestas de pastoral”.

El presidente de Consudec considera que la educación debe estar centrada en un “reconocimiento del otro como un bien para mí”. Está convencido de que la escuela católica en Argentina “ha sido muy buena en la enseñanza de la catequesis”, pero necesita “dar un paso más”.

 





Como todos los años, organizado por el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), se realizará un nuevo Curso de Rectores, con la habitual participación de cientos de educadores católicos de toda la Argentina. Entre el 5 y el 8 de febrero estos docentes se reunirán en el Colegio Marista San José de El Challao, en la ciudad de Mendoza, para informarse, capacitarse, reflexionar sobre sus prácticas educativas y compartir experiencias cotidianas. Aún está abierta la inscripción, que puede hacerse desde aquí.

Como previa a este impresionante encuentro, Vida Nueva conversó con el presidente del Consudec, José Álvarez, un sacerdote convencido de que se aprende “cuando tengo a otros al lado mío”.

P: ¿Por qué eligieron como lema de este Curso de Rectores “Tú eres un bien para mí”?

R: “Tú eres un bien para mí” es una inquietud que tengo personalmente y se la he escuchado al papa Francisco. Es una invitación a reconocer al otro como un don; a alguien dado por Otro, dado por Dios, que lo ha puesto en el camino de mi vida y es un desafío constante para mí. La educación debe estar centrada en un reconocimiento del otro como un bien para mí. El “otro” no es un obstáculo, ni un impedimento, ni una traba; el “otro” es alguien que me invita a mí a un desafío; es quien me ayuda a crecer. Ha sido puesto en mi vida por Alguien que me ama, por lo tanto, implica para mí una actitud de respuesta en el modo en que miramos a nuestro prójimo. También es como nos miramos a nosotros mismos y como nos amamos a nosotros mismos; es decir, si queremos un bien para nuestra vida y un crecimiento en nosotros debemos aprender a entender al otro, debemos aprender a abrazar al otro, acogerlo. Asimismo, debemos aprender a escuchar al otro para ir descubriendo de qué somos capaces nosotros aceptando nuestros límites. En definitiva, vamos realizando una plenitud de nuestra vida.

P: ¿Y qué quiere que le quede de este mensaje a los docentes que participen del Curso de Rectores?

R: ¡No aprendo más sólo, en la individualidad! ¡Aprendo cuando tengo a otros al lado mío, frente a mí!. Lo que tengo que aprender es mucho más de lo que enseña un libro, una computadora o los dispositivos móviles. El otro es alguien grande para mi vida que me trae una infinitud de posibilidades que, sino, no las tendría.

P: ¿Cómo fueron construyendo la propuesta formativa para el 56° Curso de Rectores?

R: El tema al que le hemos dedicado más energía para preparar es la Pastoral porque precisamente los obispos nos han pedido que prestemos mayor atención a la Pastoral Educativa como el modo de crecimiento de nuestros colegios. Esto responde a una lógica: la gente no vive el cristianismo sólo por una doctrina, sino precisamente por una vida que se realiza en plenitud. Y la vida cristiana necesita de esa atención con la que Cristo llega a los corazones. Prestar atención a la pastoral es precisamente atender a Cristo que llega a nosotros a través de la comunidad educativa, dentro de las situaciones cotidianas de la escuela.

P: ¿Cómo cree que se puede hacer concreta la pastoral en las escuelas?

R: Tenemos que centralizar mucho más esta propuesta pastoral en nuestras escuelas; esto no es otra cosa que reconocer a Cristo como Pastor. Nuestras escuelas han sido muy buenas en la enseñanza de la catequesis y de la doctrina cristiana, pero hoy necesitamos dar un paso más: atender a la pequeña o gran necesidad de cada uno. En esto, la escuela necesita ser la Iglesia en clave de pastoral. Es decir, una Iglesia que va al otro en todas sus necesidades con el abrazo, con el consuelo, con la ayuda, con la escucha, con la amistad. Que el hombre reconozca en el rostro de los educadores y en el rostro de los compañeros de trabajo que la escuela llega a ellos con el mismo abrazo con que Dios los abraza y con la misma mirada con que Dios los mira.

P: El Papa Juan Pablo II dijo: “La escuela católica es una comunidad privilegiada para la educación de la fe”. A casi 40 años de esta afirmación, ¿qué lectura hace de la realidad de las escuelas de la Iglesia católica en Argentina?

R: Nuestros ámbitos educativos no son solamente un lugar privilegiado para la educación en la fe. Hoy principalmente también para una educación en humanidad. Nos encontramos en una sociedad que está cada vez menos humanizada, en donde somos cada vez más indiferentes, fríos, donde nos cuesta cada vez más ser verdaderamente humanos y plenos. La educación en la fe potencia enormemente la humanidad, le reclama a la humanidad estar con todas sus potencias; pero también la humanidad le reclama a la fe razones, le reclama a la fe aquello que que muchas veces ahoga a las personas en la pequeñez de sus fronteras, en lo inmediato y no alcanza a satisfacer la necesidad del corazón del hombre.

Es mucho lo que queda por hacer. Somos una comunidad viva. La Iglesia es vida y por eso siempre estamos en crecimiento, siempre estamos en peregrinación. La realidad de la escuela católica es la realidad de la Iglesia, una Iglesia que necesita estar adecuada a los desafíos del momento y vive con la alegría de la fe.

La pastoral, una preocupación

P: El martes 5 de febrero, en la jornada de Representantes Legales abordarán el tema de la pastoral educativa…

R: Hemos incluido la Pastoral Educativa en este ámbito porque los representantes legales no deben reconocerse como simples administradores de la tarea educativa de la escuela y del personal. Deben comprender que no corresponde solo a los sacerdotes, religiosos o a los profesores de Catequesis. Tienen que reconocerse entre ellos, como artífices de esta clave Pastoral. Un tema que nos llama la atención es que en las escuelas fácilmente tenemos dinero para construir, para comprar bancos o para sortear dificultades estructurales, como una preocupación del buen ejercicio de un representante legal. Pero pocas veces nos encontramos que el colegio invierta dinero en la compra de materiales para el trabajo pastoral, o en la capacitación de los docentes para la pastoral. La pastoral es un tema en el que los representantes legales deben tomar conciencia.

P: También proponen temas como la seguridad, la higiene y el cuidado de los menores.

R: El cuidado de los menores y la higiene son preocupaciones que todos tenemos, especialmente en estos tiempos. Es importante que los docentes puedan detectar casos de abusos en las casas, o si un alumno está ausente en la clase, o si un niño tiene llamativos cambios de conducta. En todas estas cuestiones hay que ayudar a nuestros docentes y a la comunidad educativa. Otra preocupación siempre latente es la seguridad y la higiene en las escuelas, por eso, todos los esfuerzos que se puedan hacer nunca estarán de más, sobre todo, teniendo en cuenta los últimos adelantos y preocupaciones de la sociedad.

P: ¿Qué espera de este Curso de Rectores?

R: Esperamos dejarnos sorprender por el Misterio que nos ama y que en cada encuentro de este tipo siempre surgen cosas por las cuales maravillarnos, por su Presencia en nuestras vidas. Nos queremos dejar sorprender por Dios. No esperamos un éxito en palabras del mundo; sino que veamos que Él está presente para sostenernos en la tarea cotidiana.

 

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