“En Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido estos días ante la grave situación por la que atraviesa. Pido al señor que se busque y se logre una solución justa y pacífica para superar la crisis respetando los derechos humanos y deseando exclusivamente el bien de todos los habitantes del país”. Así se ha expresado el papa Francisco hoy, 27 de enero, tras el rezo del ángelus en la Casa Hogar del Buen Samaritano.
Asimismo, el Papa ha invitado a los presentes a rezar “poniendo esta intercesión bajo el amparo de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela”.
También ha lanzado un mensaje a las víctimas del Holocausto, cuando celebran el día internacional de conmemoración en su memoria. “Necesitamos mantener vivo el recuerdo de las tragedias pasadas y aprender de las páginas negras de la historia para no volver a cometer jamás los mismos errores”. “Sigamos esforzándonos sin descanso por cultivar la justicia, aumentar la concordia y sostener la integración para ser instrumentos de paz y constructores de un mundo mejor”, ha añadido.
Atentado en Filipinas
El Papa ha expresado, además, su sentimiento de pesar por el atentado terrorista perpetrado este domingo en una catedral de Filipinas mientras se celebraba la eucaristía. “Reitero mi más firme reprobación por este episodio de violencia que enluta de nuevo a esta comunidad cristiana y elevo mis oraciones por los difuntos y por los heridos. Que el Señor, príncipe de la paz, convierta el corazón de os violentos y conceda a los habitantes de aquella región una serena convivencia”, ha dicho.
“Los confío a nuestra Madre la Virgen. Le pedimos a Ella, que como buena Madre sabe de ternura y de projimidad, nos enseñe a estar atentos para descubrir cada día quién es nuestro prójimo y nos anime a salir con rapidez a su encuentro, y poder darle un hogar, un abrazo donde encuentre cobijo y amor de hermanos. Una misión en la que todos estamos involucrados”, ha indicado.
Y ha finalizado: “Los invito ahora a poner bajo su manto todas sus inquietudes y necesidades, aquellos dolores que llevan, las heridas que padecen, para que, como Buena Samaritana, venga a nosotros y nos auxilie con su maternidad, con su ternura, con su sonrisa de Madre”.