“Sufro por lo que está sucediendo en este momento en Venezuela y por esto he pedido que haya una solución justa para la paz. Lo que me asusta es el derramamiento de sangre”. Así lo ha expresado el papa Francisco hoy, 28 de enero, en el vuelo de regreso a Roma procedente de la JMJ de Panamá. Un viaje que ha cumplido sus expectativas. ¿El termómetro? “Tengo mucha fatiga y estoy destruido”. Sin embargo, le quedaba cuerda para 50 minutos de rueda de prensa en los que los periodistas han preguntado sobre el evento, Venezuela, migrantes, abusos, celibato o el aborto.
El Papa ha sido preguntado directamente sobre si apoya a Juan Guaidó. “Apoyo a todas las personas de Venezuela en este momento porque están sufriendo, de un lado y del otro. Si subrayara lo que este o ese país dice, me expresaría sobre algo que no sé, sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño. He pensado y repensado en las palabras que he dicho. Y creo que con ellas expresé mi cercanía, lo que siento”, ha dicho. Y ha añadido: “Pido grandeza para aquellos que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia me aterroriza. Por eso tengo que ser… No me gusta la palabra ‘equilibrado’, quiero ser un pastor…”.
Al ser preguntado sobre su misión en la JMJ, Bergoglio ha dicho que su misión en estos eventos, “es la misión de Pedro, de confirmar en la fe, y no con mandatos fríos, sino dejándome tocar el corazón y respondiendo a lo que sucede. Lo vivo de esa manera. Y me cuesta pensar que alguien solo puede hacer una misión con su cabeza”.
La cumbre de abusos convocada en Roma del 21 al 24 de febrero por el propio Pontífice también ha sido uno de los temas a preguntar. “La idea de esta reunión nació en el C-9 porque vimos que algunos obispos no entendían bien o no sabían qué hacer o hicieron algo bueno y luego otra cosa incorrecta. Hemos sentido la responsabilidad de dar una ‘catequesis’ sobre este problema a las conferencias episcopales y por eso se les llama los presidentes de los episcopados”, ha explicado.
Para Francisco, las bases están claras. “Primero, que se den cuenta del drama, de lo que es un niño maltratado. Y segundo, que sepan lo que hay que hacer, cuál es el procedimiento”. El objetivo final es que “haya protocolos claros”. Pero “antes que nada debemos tomar conciencia”. En la reunión “rezaremos, habrá algún testimonio para tomar conciencia y una liturgia penitencial para pedir perdón”, ha señalado. Jorge Mario Bergoglio ha hecho hincapié en que “resolviendo el problema en la Iglesia, ayudaremos a resolverlo en la sociedad y en las familias, donde la vergüenza hace que todo se oculte”.
La JMJ de Panamá ha puesto el foco en los migrantes, pero también en la defensa de la vida. Preguntado a este respecto, el Papa ha aclarado que “el mensaje de la misericordia es para todos, incluso para la persona humana que está en gestación. Después de este fracaso, también hay misericordia. Pero el problema no es perdonar, sino acompañar a una mujer que se ha dado cuenta de que ha tenido un aborto”. Y ha proseguido: “Estos son terribles dramas. Tienes que estar en el confesionario, ahí tienes que dar consuelo y para esto les he otorgado a todos los sacerdotes la facultad de absolver el aborto por misericordia. Pero siempre deben ‘encontrarse’ con el niño. Muchas veces, cuando lloran y tienen esta angustia, les digo esto: tu hijo está en el cielo, háblale, canta la canción de cuna que no puedes cantarle. Y es una forma de reconciliación de la madre con su hijo. Con Dios la reconciliación está, porque Dios siempre perdona”.
Otra de las cuestiones tratadas ha sido la inmigración. Un tema en el que los periodistas han preguntado directamente refiriéndose a Matteo Salvini. Sin dar nombres, el Papa ha afirmado que “el gobernante debe usar la prudencia. Es una ecuación difícil. Es cierto que hay que pensar con realismo. Luego hay otra cosa: la manera de resolver el problema de la migración es ayudar a los países de donde provienen los migrantes”. Y es que “Europa puede invertir donde hay hambre, y esta es una manera de ayudar a esos países a crecer”, ha añadido a la vez que ha puesto de ejemplo a Líbano y Jordania como países de acogida.
Una vez más, el Papa fue cuestionado en relación al celibato. La respuesta, clara: “No estoy de acuerdo en permitir el celibato opcional. Solo habría algunas posibilidades en los lugares lejanos, pienso en las islas del Pacífico, pero es algo en lo que pensar cuando hay necesidad pastoral. El pastor debe pensar en los fieles. ¿Soy un cerrado? Quizás, pero no tengo ganas de ponerme ante Dios con esta decisión”.