Del 7 al 9 de febrero se llevará a cabo en Guadalajara (Jalisco), México, el 8vo Foro Nacional de Reflexión sobre la Escuela Católica “Inclusión, equidad y ciudadanía”, organizado por Grupo SM y la Confederación Nacional de Escuelas Particulares. El objetivo: compartir diferentes experiencias educativas.
En el foro se contempla la participación de Francisco Zariquiey Biondi, director del Colectivo Cinética en España, quien impartirá la conferencia “Cooperar para aprender”, mediante la cual buscará explicar cómo la cooperación mejora el aprendizaje y la experiencia escolar de los estudiantes, y por qué es importante que cada vez más profesores trabajen con dinámicas cooperativas en los centros educativos.
Y es que, para Francisco Zariquiey, no hay mejor inversión para conseguir una práctica docente eficaz que invertir tiempo y esfuerzos en sumar a los maestros en la “maravillosa empresa de cooperar para aprender”.
Ventajas de cooperar en el aula
En entrevista con Vida Nueva, Francisco Zariquiey, explicó que la cooperación ofrece enormes posibilidades para mejorar la experiencia escolar de los estudiantes, independientemente de su nivel de desempeño, sus características o sus necesidades.
Para ello, adelantó que durante el foro “presentará las ventajas de cooperar en el aula en dos niveles: “en primer lugar, como herramienta que no sólo potencia situaciones de aprendizajes mucho más profundas y significativas, sino que promueve una gestión más eficaz de la diversidad dentro de un planteamiento inclusivo”.
En segundo término –agregó– como contenido en sí mismo, en la medida en que el aprendizaje cooperativo contribuye al desarrollo de toda una serie de destrezas, estrategias y actitudes relacionadas con la competencia para relacionarse y trabajar bien con los demás. “Una competencia que, aunque siempre ha sido importante, en los nuevos escenarios sociales muchos más interculturales y globalizados, resulta fundamental”.
Francisco Zariquiey considera que el aprendizaje cooperativo constituye una propuesta pedagógica en la que la diversidad no se concibe como una rémora, sino como una oportunidad muy valiosa de aprendizaje.
Cabe mencionar que el Colectivo Cinética está formado por un nutrido grupo de profesionales que aunque provienen de disciplinas y ámbitos muy diversos, comparten un interés común por la educación.
Educar en la diversidad
Por otro lado, Zariquiey dijo que si bien la educación ha sido siempre una empresa compleja que plantea grandes retos, quizás uno de los nuevos desafíos a los que hoy se enfrenta la escuela católica —y el resto de las escuelas— sea el hecho de educar con niveles de incertidumbre mayores. “La meta fundamental de las organizaciones escolares ha sido, es y será, formar ciudadanos capaces de integrarse de manera responsable, activa y constructiva en los diferentes escenarios sociales; pues bien, al día de hoy, frente a un mundo que cambia tan vertiginosamente, cumplir a cabalidad con esta meta resulta bastante más complicado”.
Desde su punto de vista, el gran reto al que se enfrentan los educadores en las aulas es educar juntos a alumnos y alumnas tan diferentes. “La gestión de la diversidad sigue siendo una cuestión que no terminamos de resolver en las escuelas y que constituye un elemento clave de cara a ofrecer una educación de calidad y, lo que es más importante, una educación más justa, que democratice las oportunidades de éxito de todos los estudiantes”.
Afirmó que “una de las frases que mejor plasman esta aspiración es esta del papa Francisco: “Jesús nos ama a todos como somos, con todas nuestras imperfecciones y tiene un plan para cada uno de nosotros”. “Ser capaz de diseñar y articular ese plan para cada uno de los alumnos y cada una de las alumnas es, sin duda, el gran reto de todos los educadores y educadoras en la escuela católica”.
Cooperación en el aula
Al dirigirse a los educadores que quieren empezar a utilizar el aprendizaje cooperativo, manifestó que, en primer lugar, deben intentar conectar la cooperación con lo que suelen hacer en el aula; pues de ese modo las dinámicas cooperativas no resultarán forzadas y se integrarán de manera natural a sus clases. “En este sentido, solemos decirle al profesorado que empieza con la cooperación que, al principio, más que inventarse cosas nuevas, trate de cooperativizar lo que ya están haciendo”.
Otro gran consejo –añadió- es ir poco a poco, secuenciando la implantación. “Los niños y niñas no vienen ‘de fábrica’ con las destrezas para trabajar en equipo, por tanto, es necesario adecuar las propuestas a su nivel de desempeño cooperativo. Ir cosechando pequeños éxitos es fundamental en cualquier proceso de implantación”.
Finalmente, les recomendó buscar aliados entre los colegas, ya que el aprendizaje cooperativo funciona mucho mejor cuando se asume como una obra coral.