Concluida la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá 2019, Portugal se prepara ya para acoger la próxima JMJ internacional y el Patriarcado de Lisboa ve como una auténtica oportunidad la elección de la capital lusa como sede del gran evento eclesial de la pastoral juvenil. El salesiano Joaquim Mendes es obispo auxiliar de Lisboa desde 2008 y presidente de la Comisión Episcopal de Laicado y Familia. Concluida la misa de clausura pudo saludar a Francisco para agradecerle esta decisión.
PREGUNTA- ¿Qué supone para Iglesia en Portugal acoger la próxima Jornada Mundial de la Juventud?
RESPUESTA.- Implica un gran desafío para implicar y movilizar a toda la Iglesia local para propiciar que los jóvenes de todo el mundo puedan vivir una fuerte experiencia de fe y de vida eclesial, de convivencia y de fiesta.
P.- ¿Cómo han recibido la noticia los obispos portugueses?
R.- La noticia la hemos recibido con mucha alegría, porque todos la deseaban. Ha sido un sueño que surgió hace mucho tiempo y que ahora se está haciendo realidad.
P.- Conocida la elección por parte del Papa, ¿qué ecos le han transmitido los peregrinos portugueses presentes en Panamá?
R.- El eco de los peregrinos tras el anuncio de que la próxima JMJ será en Portugal ha sido de gran satisfacción por la localización, la facilidad para los transportes, la posibilidad de una gran participación de jóvenes de países de habla portuguesa, como Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea, Santo Tomé y Príncipe, así como de Brasil y Europa. Además de por las condiciones logísticas y la belleza que ofrecen la ciudad y el Área Metropolitana de Lisboa.
Impulso a la aplicación del Sínodo
P.- Tras el Sínodo de los Jóvenes, ¿ha calado en la Iglesia la fuerza del protagonismo juvenil?
R.-En la Iglesia local y en las Iglesias particulares estamos en medio de todo el proceso de acogida del sínodo, que ahora ha recibido un gran impulso con este anuncio de la JMJ 2022. Es una buena motivación y una oportunidad para la movilización de las iglesias locales en su relación con los jóvenes.
P.- ¿Cómo ha sido la experiencia de esta semana en Panamá?
R.- Estoy en Panamá desde el 15 de enero siguiendo el proceso de preparación inmediata de esta JMJ de 2019. Ha sido una experiencia del gran entusiasmo y compromiso del pueblo panameño, de acogida fraterna y disponibilidad para recibir a todos abriendo las puertas de sus casas a voluntarios, jóvenes, sacerdotes y obispos que han querido estar acogidos con las familias. He podido constatar una excelente colaboración e implicación de las autoridades públicas y una gran cordialidad y alegría por parte de todos por poder acoger, y por sentir que su pequeño país, el istmo de Panamá, se ha convertido por unos días en la capital mundial de la juventud, con la presencia de más de seiscientos mil jóvenes, ciento cincuenta y seis países y cerca de un millón de obispos y centenares de sacerdotes y religiosos, expresión visible y significativa de la Iglesia unida y reunida en torno al Papa, convirtiéndose así en un gran signo para el mundo.
Toda la sociedad, volcada con la JMJ
P.- La presencia del presidente de la república en Panamá es una muestra del apoyo de las autoridades civiles a la próxima jornada, ¿qué piden a la sociedad portuguesa?
R.- He podido comprobar directamente el gran entusiasmo del presidente de Panamá y de los miembros del gobierno que habían participado en los eventos centrales de la JMJ como la misa de apertura, la bienvenida al Papa, el Vía Crucis, la vigilia y la misa de envío, así como la misa de dedicación del altar y la reapertura de la Catedral. La participación portuguesa ha contado también con la presencia del presidente de la República de Portugal, el alcalde de Lisboa, el secretario de Estado para la Juventud, el embajador de Portugal en Panamá, que han acogido con gran entusiasmo el anuncio de la JMJ de 2022 en Lisboa. Han asegurado su compromiso, participación e implicación en la organización, que es esencial. Estamos seguros de que lo tendremos, al igual que el de la mayoría de la población portuguesa.