“Los obispos venezolanos sentimos el apoyo constante del Santo Padre en nuestra posición crítica ante el Gobierno”, ha declarado a ACI Prensa el cardenal Jorge Urosa, arzobispo emérito de Caracas, refiriéndose a las palabras de Francisco en el vuelo de vuelta a Roma tras la Jornada Mundial de la Juventud.
Durante su conversación con los periodistas, Bergoglio dijo que le asusta “el derramamiento de sangre” en Venezuela, y animó al gobierno de Maduro a buscar “una solución justa y pacífica a la crisis”. “Ojalá Maduro, que apela siempre a la palabra del Papa, atienda a esos llamados y abandone el poder”, ha afirmado el prelado, ya que “su gestión ha sido absolutamente dañina para el pueblo venezolano”.
Las palabras de Francisco se dan en un contexto en el que las protestas en Venezuela cuentan ya con 40 muertos debido a la represión gubernamental. De hecho, no es la primera vez que el Papa manifiesta su preocupación, ya que durante la oración del Ángelus el domingo 27 de enero en Panamá pidió “al Señor que se busque y se logre una solución justa y pacífica para la crisis, en la que se respeten los derechos humanos”.
El patriarca Tawadros II de Alejandría recibió ayer martes al presidente francés Emmanuel Macron en la catedral ortodoxa copta de San Marcos, en El Cairo.
Durante su discurso, el Patriarca destacó que “la francofonía de Egipto constituye un vínculo cultural fuerte y único entre los dos países, reflejando su historia, educación, cultura e idioma”. Precisamente estos lazos de unión son los que señaló también Macron, que “deseaba” reunirse con Tawadros II “dada la importancia de los coptos en Franca”.
“Sé muy bien cuánto han sufrido los cristianos ortodoxos a causa del terrorismo en los últimos años”, ha afirmado Macron, que aprovechó la ocasión para elogiar “el trabajo asumido por el gobierno egipcio para garantizar su seguridad”. Subrayó, además, que promover la diversidad en el norte de África constituiría un “elemento esencial para la paz”.
La Conferencia Episcopal ecuatoriana ha afirmado, “ante los trágicos episodios de desplazamiento forzado de personas por razones étnicas y de ambición”, que el deber de los cristianos no es otro que “acoger a los necesitados”.
Dirigiéndose a “todos los fieles y a todos los ciudadanos en general”, los obispos de Ecuador han exhortado a “combatir el racismo y la xenofobia”, del mismo modo que han pedido a los “hermanos y hermanas inmigrantes” que “respeten las leyes y las expresiones culturales que son expresiones vivas del país que los acoge”.
El mensaje de la Conferencia Episcopal remarca que “la emigración se ha convertido en un fenómeno global que implica a todas las naciones, afecta a millones de personas y plantea retos que la Iglesia no puede ignorar”, sobre todo en los casos de extrema vulnerabilidad, como es el caso de los “inmigrantes indocumentados, los refugiados, los solicitantes de asilo, las personas desplazadas por los conflictos y las víctimas, en su mayoría niños y mujeres, de la trata de seres humanos”.
El comunicado de los prelados viene dado en un contexto en el que se han manifestado episodios violentos promovidos por el racismo y la intolerancia afectando a los inmigrantes venezolanos.