“Muchos estadounidenses conocen perfectamente la devastación que pueden causar los tornados”, aseguró el cardenal Daniel DiNardo, tras manifestar la tristeza del episcopado norteamericano por las víctimas que dejó el fenómeno natural en la isla
Los obispos de los Estados Unidos, encabezados por el cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), exhortaron a la comunidad católica de ese país a unirse en oración por Cuba, luego de que varias provincias de la isla fueron arrasadas por un tornado durante la noche del domingo pasado.
De acuerdo con reportes, al menos cuatro muertos y casi 200 heridos fue el saldo del fenómeno natural que afectó La Habana y los municipios de Diez de Octubre, Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón y La Habana del Este, principalmente, algo que no se había visto desde 1940.
En nombre de sus hermanos obispos, Daniel DiNardo manifestó su “profunda tristeza” por lo ocurrido en el país centroamericano, pues aseguró que los estadounidenses conocen perfectamente la devastación que pueden causar los tornados.
“En solidaridad –dijo– les pido que oremos por las personas y sus familias, para que puedan encontrar consuelo y alivio“, e hizo un llamado a la comunidad norteamericana a invocar la protección de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, “para que su abrazo maternal fortalezca la decisión del pueblo cubano de salir de este desastre con su resistencia y fuerza acostumbradas “.
De acuerdo con el diario cubano “Granma”, unas mil 900 viviendas quedaron dañadas tras el paso del tornado, por lo que aproximadamente cinco mil personas permanecen evacuadas, algunas alojadas en casas de familiares y otras en centros de acogida del Estado.
Entrevistado por el diario, el doctor Jesús Durán Rivero, de la Dirección de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública, explicó que para evitar mayores daños en la población, es fundamental que en este momento el pueblo cubano extreme las medidas higiénico-sanitarias, ante el aumento de condiciones favorables a eventos epidemiológicos, que pueden darse luego de ocurrir este tipo de desastres naturales.