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Akira Kisishimi, sacerdote: “Los fieles de Japón pedimos el apoyo de toda la Iglesia”

  • El cura nipón se forma en Roma gracias a la Fundación Centro Académico Romano (CARF)
  • “En la Iglesia no hay muchos jóvenes porque los pastores no les han transmitido la belleza de vivir la fe”





Akira Kirishima lleva seis años en Roma, dos de los cuales formándose en Derecho Canónico, pero su vocación la vivió en Japón: un país en el que uno de sus mayores retos, como explica a Vida Nueva, era el de desarrollar su fe en una cultura no cristiana.

Kirishima es uno de los sacerdotes que participan en la campaña ‘Rezo x Sacerdotes’, del CARF –Fundación Centro Académico Romano–, cuyo objetivo es promover que se rece por los sacerdotes y se envíe apoyo económico para la formación de seminaristas.

PREGUNTA.- Muchas personas están orando estos días por ustedes, ¿sienten, en la misión concreta, el apoyo de la oración del pueblo de Dios?

RESPUESTA.- Mi misión concreta diaria, desafortunadamente por el tiempo, está limitada dentro del colegio donde vivo: es decir, el estudio y la vida en común con los otros sacerdotes residentes. Pero, sobre todo, al contemplar el misterio de la Santa Misa, siento el poder de la oración que el pueblo de Dios ofrece con Cristo, no solo para mí sino también para todos aquellos que lo necesitan.

P.- El Papa constantemente pide a todos que oren por los sacerdotes, ¿también le pide a la Iglesia universal que acompañe su misión en Japón?

R.- Los fieles en Japón pedimos el apoyo de toda la Iglesia, en particular para que cada uno de nosotros esté más enamorado de Jesús y estemos más atentos a la inspiración de Espíritu Santo.

P.- ¿Cómo se vive la fe en Japón?

R.- Como fenómeno general, se percibe que en la Iglesia no hay muchos jóvenes: por un lado, los jóvenes se ven afectados por la mentalidad secularizada y, por el otro, los pastores y los padres no les han transmitido la belleza de vivir la fe. No tienen ganas de ir a la iglesia. Excepto en las grandes ciudades, no hay muchas actividades pastorales, catequéticas, grupales, etc. Tanto por la falta de vivacidad de la fe, como por la escasez de fieles.

P.- ¿Por qué reza usted todos los días?

R.- En primer lugar, porque es natural tener un momento de acción de gracias, adorar, pedir disculpas, pedir favores, interceder por otros, etc. con Aquel a quien debo toda mi existencia: de hecho, Él es mi maestro, el mejor amigo es el Señor.

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