De cara al VIII Foro Nacional de Reflexión sobre la Escuela Católica, que se llevará a cabo del 7 al 9 de febrero en Guadalajara, Jalisco, bajo el título: “Inclusión, equidad y ciudadanía”, Mónica García de Luca, Directora Académica de la Red Semper Altius, explica los retos que enfrentan los colegios católicos en la actualidad.
Mónica García, quien participará en el foro con la conferencia “Equidad en la educación: mito o realidad”, considera que el primer desafío que tiene una escuela católica es ser coherente y proactiva para atender el llamado del papa Francisco a dejar el espacio de confort y salir en busca del alumno en las periferias.
A éste –añade- le sigue el reto de dar una atención de calidad, pues si bien cada escuela católica tiene un carisma educativo diferente, “lo que hace falta es actualizar o ver qué corrientes educativas, pedagógicas y aspectos didácticos tenemos que renovar, a fin de lograr que cada alumno le dé sentido a lo que aprende”.
A decir de la especialista, otro reto consiste en darle a cada uno lo que necesita: “todos somos diferentes, pero hay estándares que permiten establecer pautas o criterios de calidad; se debe pensar en cómo ir atendiendo a la diversidad; también se puede dar respuesta o cabida a esta parte de la estandarización porque de alguna manera son planes y programas que tenemos que cumplir o a los cuales tenemos que responder”.
Y finalmente, para Mónica García, el cuarto reto es cómo avanzar como comunidad educativa; pues antes se esperaba la respuesta del fundador o de los directivos y docentes, pero ahora la comunidad educativa está llamada a crecer junta; “no esperar a que la repuesta venga del profesor o del director o querer que las familias sean distintas”, dice.
En el foro, que es organizado por Grupo SM y la Confederación Nacional de Escuelas Particulares con el objetivo de compartir diferentes experiencias educativas, Mónica García reflexionará en la equidad en diferentes niveles: “la equidad que le corresponde al sistema educativo nacional, la equidad que le corresponde a los colegios católicos, la equidad que le corresponde a cada uno de los colegios y la equidad dentro del salón de clases”.
Sobre el tema de equidad en el salón de clases, consideró que es un gran reto “porque no necesariamente equidad es darle al que menos tiene para homologarlo con el que tiene más, sino cómo hacemos que cada uno con sus dones que recibió, los pueda potenciar y ponerlos al servicio de los demás, ahí aplica la parábola de que al que más se le dan, más se le pedirán, con ese compromiso, no solamente es cómo atendemos al que no tiene o que está en desventaja, sino cómo generamos dentro del salón de clases para que el que sí tenga ciertas capacidades o dones, los desarrolle y los ponga al servicio de los demás”.
En relación con algunas problemáticas que enfrentan los educadores de la escuela católica, Mónica García consideró fundamental que estos logren tener un pensamiento y decisiones críticas y estratégicas sin perder su carisma; “creo que antes era más sencillo porque había pocas visiones hacia donde ir con la educación; en cambio, ahora son muchas, lo que a veces, lejos de ayudar, entorpece”.
Sin embargo –asegura- esas problemáticas pueden ser superadas por el educador a través de la confianza; “si ya sabemos que estamos en el equipo ganador y que vamos a ganar, pues confiar en eso; además necesitamos confiar en nuestro personal; se ha puesto fuertemente en tela de duda la capacidad del docente; debemos volver a mirar al docente no desde la desconfianza, sino desde la confianza; generando comunidad y confiando en los alumnos también”.
Finalmente, aseguró que es conveniente “retomar a los alumnos y al profesor desde lo que traen en su ‘bag pack’ para hacer frente a lo que cada uno le toca vivir, y nosotros tendríamos que -con una intervención educativa adecuada y diferenciada- ayudarle a cada uno a ser la mejor versión de sí mismo”.