“La Asociación de Teólogas Españolas quiere mostrar su apoyo a todas aquellas mujeres que están en tales situaciones de violencia, animándolas a que denuncien y que no guarden silencio”. De esta manera han respondido las teólogas españolas ante “las últimas noticias sobre violaciones de monjas por obispos y sacerdotes en distintos lugares del mundo”.
“Con su voz” las teólogas ven una forma de propiciar el “esclarecimiento de su situación” además de “una mejora de las condiciones de muchas religiosas en distintas instituciones eclesiales”.
De la misma manera, han pedido a “aquellas personas que saben de estos abusos y violaciones” que los denuncien, acompañando a las víctimas “para que no vivan su sufrimiento en soledad”.
Lucetta Scaraffia denunciaba hace unos días en el suplemento Donne Chiesa Mondo de L’Osservatore Romano, editado en exclusiva en español por Vida Nueva, que “los abusos a monjas cometidos por sacerdotes son un acto de poder”.
En él, Scaraffia analiza el caso de Hermann Geissler, un sacerdote austriaco que presentó recientemente la renuncia al cargo que desempeñaba en la Congregación para la Doctrina de la Fe tras ser acusado por una religiosa de abusos durante una confesión en 2009.
Se han dirigido también al papa Francisco, de quien reclaman que “acoja esta terrible realidad como una cuestión prioritaria que atender y combatir”, ya que es una cuestión “de justicia” atender de manera misericordiosa “a la que no se puede defender”.
La Asociación de Teólogas Españolas ha reconocido, además, que la Iglesia es “capaz de trabajar y mejorar sus imperfecciones”, siempre reconociendo “sus debilidades y extralimitaciones, algunas tan terribles como estas”.
“Como teólogas seguimos defendiendo el empoderamiento de las mujeres en la Iglesia, pero esto solo es posible si se respeta su dignidad y su cuerpo”, han subrayado, señalando además que “abusar de otro, una mujer, a través del ejercicio del poder, es inaceptable y antievangélico”.
Mientras, la Conferencia de Religiosos de España (CONFER) ha asegurado que “no se ha presentado ningún tipo de denuncia” de forma “oficial” acerca de este tipo de abusos a religiosas.
Sin embargo, la institución ha ofrecido también “su apoyo” a las posibles víctimas, y ha reconocido la necesidad de “actualizar” el protocolo de respuesta por parte de la Iglesia española ante casos similares.