Los obispos de Estados Unidos se solidarizaron con sus similares de Venezuela “y con todos aquellos que trabajan por una solución pacífica y justa a la crisis” social que se vive en ese país, ya que, dijeron, la situación humanitaria es complicada: “La malnutrición grave y la muerte por enfermedades tratables afectan a un número creciente de venezolanos”.
Mediante un comunicado, el responsable de los Servicios Militares de Estados Unidos y presidente del Comité sobre Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el arzobispo Timothy P. Broglio, expresó su agradecimiento “por el compromiso del gobierno de los Estados Unidos de proporcionar asistencia humanitaria urgentemente y necesaria a los venezolanos”.
Timothy P. Broglio hizo también un llamado al gobierno de Donald Trump para que ayude a facilitar la provisión de asistencia humanitaria y, “cuando sea necesario, coordinar las opciones de migración segura para evitar más sufrimiento”.
Recordó que la Iglesia en Venezuela declaró el 4 de febrero que los obispos están actuando “de acuerdo con los principios de independencia, imparcialidad y humanidad”, y están dispuestos ayudar a distribuir la asistencia de manera justa y equitativa.
Finalmente pidió para que la Patrona de Venezuela, Nuestra Señora de Coromoto, cuide a todos los venezolanos “mientras luchan por la paz y la prosperidad en su país”.
Por otro lado, la USCCB también publicó un comunicado en el que se refirió al encuentro entre el papa Francisco y el Gran Imán Ahmad al-Tayyib, el cual tuvo lugar el pasado 4 de febrero en el marco de la visita del Santo Padre a los Emiratos Árabes Unidos.
Al respecto, el cardenal Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago y presidente del diálogo nacional católico-musulmán, y el reverendo Joseph C. Bambera, obispo de Scranton, PA, y presidente del Comité sobre Asuntos Ecuménicos e Interreligiosos de la USCCB, dijeron haber recibido “con gran alegría esta histórica declaración conjunta sobre la fraternidad humana” del papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyib.
Esta declaración se da en medio de un “mundo cada vez más hostil, en el que la violencia predomina con demasiada frecuencia entre cristianos y musulmanes, violencia que ha tenido consecuencias trágicas para los humanos más vulnerables”.
Consideraron que la declaración, “que representa la culminación de la primera visita papal a la Península Arábiga y marca la ocasión del 800 aniversario del encuentro entre San Francisco de Asís y el Sultán al-Malik al-Kamil en Egipto, es un claro llamado para el diálogo que conduce a la paz”.
“Lo recomendamos a todas las personas de buena voluntad, especialmente a los líderes de las naciones y grupos religiosos, con la esperanza de que pueda servir como un recurso para superar la división a través de un compromiso renovado con el diálogo y el establecimiento de buena voluntad”, afirmaron.