El cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la arquidiócesis de Caracas, en entrevista con el periodista César Miguel Rondón –recientemente censurado por el régimen de Maduro–, frente a las aseveraciones de algunos sectores del país sobre la posición muy tibia por parte del Vaticano frente a la crisis venezolana, yla petición a la Iglesia para recibir la ayuda humanitaria que se encuentra ya en la frontera colombo-venezolana, ha dicho que hay cosas en este sentido que muchos sectores políticos y sociales venezolanos desconocen.
Luego que el Papa expresará su temor sobre un eventual derramamiento de sangre en Venezuela y los últimos acontecimientos donde varios países, incluido Estados Unidos, han reconocido a Juan Guaidó como presidente interino y han iniciado el envío de ayuda humanitaria, la Iglesia está en el ojo del huracán político.
El tema de la ayuda humanitaria en Venezuela y en el mundo ha dividido las opiniones, creando incluso tensiones en el seno de los mismos sectores que adversan a Maduro. En este sentido el cardenal ha aseverado que “lo primero que debemos tener en cuenta es que necesitamos la ayuda humanitaria”.
No obstante el purpurado ha advertido no se puede estar dependiendo de “las ‘migajas’ que nos den como ayuda. Si no tenemos claro eso podemos tener la panacea que la ayuda humanitaria va a solucionar todo, y no es así”.
Al ser consultado sobre la posibilidad que la Iglesia vaya hasta la frontera de Cúcuta para recibir en sus manos la ayuda humanitaria, Porras fue enfático: “Hay que entender que el proceso de ayuda humanitaria tiene sus protocolos, eso no es repartir caramelos o juguetes y darla así a mansalva, esto se ha hecho para los más vulnerables, tiene que haber una conciencia de ello y que haya una organización”.
Además, ha puesto de manifiesto la disposición que tiene Cáritas para poder ayudar en este proceso, pero al mismo tiempo ha señalado que “cuando se dan estas cosas aparecen muchos oportunistas y nosotros como Iglesia no queremos aparecer como primeros ni darnos de héroes sino colaborar en la medida que esto sea posible”.
En el caso del Papa –ha dicho el purpurado– su cercanía con los episcopados se basa en una relación descentralizada, sin verticalismos, por tanto “toca a cada responsable de cada país, según el caso, el dar la cara” por los problemas políticos que surjan.
“Además cómo se explica el hecho de que [el Papa] tenga como secretario de Estado a un hombre que tiene mucha experiencia en temas venezolanos, como es el cardenal Pietro Parolin, y que haya nombrado recientemente de tercero, el llamado sustituto de la Secretaría, a un venezolano, monseñor Edgar Peña”, ha dicho Porras.
El cardenal ha expresado que “en Venezuela la diplomacia y el ejercicio del poder es todo con megáfonos para que todo el mundo se entere de lo que estoy haciendo y lo que estoy diciendoy hay cosas que todos los sabemos, hay que hacerlo con la suficiente discreción para que cuando sean su momento y no se deben decir por el bien de todos”.