Crece la preocupación en la Iglesia colombiana por la amenaza socio-ambiental de Hidroituango

  • La Conferencia Episcopal se solidariza con las poblaciones afectadas y pide a las autoridades garantizar la vida digna de comunidades ribereñas del río Cauca
  • En el próximo Sínodo Panamazónico este caso, la deforestación de bosques en la Amazonía y la explotación de las selvas del Pacífico, podrían ser objeto de reflexión

Crece la preocupación en la Iglesia colombiana por la amenaza socio-ambiental de Hidroituango

Nuevamente la emergencia en Hidroituango –el proyecto hidroeléctrico más grande de Colombia– vuelve a estar en la agenda de opinión pública del país, tras la decisión de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), responsable de este mega proyecto, de cerrar la segunda compuerta de la Casa de Máquinas que permitía el paso del agua, ante el riesgo del desplome de la estructura.

Las consecuencias socio-ambientales no se hicieron esperar, desencadenándose aguas abajo del río Cauca la disminución de su cauce, lo cual ha comprometido la biodiversidad y las actividades productivas de las comunidades ribereñas.

Frente a los hechos, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha fijado una posición en cuanto a la necesidad de atender con urgencia a los habitantes de los municipios antioqueños de Puerto Valdivía, Cáceres, Tarazá, Caucasia y Nechí, cuya biodiversidad y producción pesquera ha sido puesta en peligro, con el riesgo que ello implica en términos de sostenibilidad para la sobrevivencia.

Un verdadero desastre ecológico

Héctor Fabio Henao, director nacional de pastoral social Cáritas Colombia, ha dicho que desde la diócesis de Santa Rosa de Osos “se advirtió de los serios riesgos que tenía la construcción del proyecto Hidroituango y con el paso del tiempo las situaciones se han tornado mucho más complejas y le ha dado un clima de inestabilidad social y de mucha incertidumbre”. 

“Hoy constatamos que Hidroituango se ha causado un fenómeno que es un verdadero desastre ecológico en la región con la que hemos vivido en el rio Cauca y las amenazas que el proyecto sigue representando”, ha denunciado monseñor Henao.

Soluciones eficientes

Para el presbítero “es urgente dar respuesta a las comunidades que habitan en la ribera del río Cauca sobre los impactos que ha tenido en la vida social, económica y convivencia comunitaria en esta zona”.

Las comunidades claman soluciones, por lo cual Henao ha sido enfático en solicitar a EPM planes realmente eficientes. Recordó que desde la Iglesia se está dando apoyo a muchas comunidades de la ribera del río: “Los sacerdotes, las parroquias continúan allí presentes, pero sentimos que se levanta el clamor para que haya un plan de recuperación, que le dé una perspectiva de desarrollo a largo plazo”.

Esclarecer los sucesos

Por su parte, Elkin Álvarez, secretario general de la CEC y obispo auxiliar de Medellín, ha señalado que el caso Hidroituango no se abordó ‘oficialmente’ en la reciente Asamblea plenaria de obispos, pero “sí ha hecho parte de los diálogos entre los obispos. Nosotros estamos llamando a la claridad del proceso que se está siguiendo allí”.

Además aprovechó para expresar que “siempre ha habido un pronunciamiento de las autoridades encargadas de que quieren poner en primer lugar a la comunidad y eso esperamos que se realice”.

“Sabemos que también debemos hablar en nombre de las comunidades que también están viviendo afectaciones serias en su vida cotidiana, en su entorno. Tenemos que profundizar sobre estas consecuencias y pedimos que ojalá en este momento se minimicen los riesgos, pero sabemos que ha habido cosas que preocupan”, añadió.

Rumbo al sínodo

El caso de Hidroituango es uno de los tantos problemas que tiene en materia ecológica el país, por esta razón, monseñor Henao ha recalcado la importancia de un diálogo “muy a fondo  y serio sobre la protección del medio ambiente; el Papa ha insistido muchas veces hay que cuidar la casa común”. 

A propósito del tema ha recordado que este año la iglesia realizará el Sínodo de la Panamazonía con el papa Francisco y del que Colombia hace parte, con lo cual se tendrá una oportunidad para renovar en todos los niveles de la iglesia el compromiso por el cuidado de la casa común.

“En Colombia tenemos bosques muy amenazados, tenemos una Amazonía viviendo una deforestación muy grande, tenemos una región del pacífico en la cual se ha hecho una devastación tremenda de lo que es la riqueza selvática de esa región, casos como los de Hidroituango, queremos llevar eso al sínodo”, ha resaltado el director de Pastoral Social.

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