Un sacerdote fue asesinado en el suroccidente de Bogotá la noche del lunes 18 de febrero, a manos de un menor de 16 años de edad, de nacionalidad venezolana, quien tras haber sido capturado por las autoridades confesó el crimen. El hecho ocurrió en el barrio Tierra Buena de Patio Bonito, en la localidad de Kenedy. Los vecinos han asegurado a Blu Radio que “el sacerdote siempre se caracterizó por su amabilidad”.
La víctima respondía al nombre de Carlos Ernesto Jaramillo, de 65 años, párroco perteneciente a la diócesis de Granada en el departamento del Meta, quien se encontraba, desde hace varios meses en la capital colombiana para realizarse un tratamiento médico de control de diabetes que comprometía su salud. Así lo ha informado –en conversación con Vida Nueva– José Figueroa Gómez, obispo de Granada, quien manifestó sentirse profundamente consternado por el lamentable incidente.
Confundidos y tristes. Así ha descrito el obispo de Granada la sensación que deja el asesinato del sacerdote: “es la muerte de un hermano sacerdote y una muerte violenta nos entristece profundamente, es un primer sentimiento que me aflora”. Además ha recomendado mucha oración a sacerdotes como a los fieles de las distintas parroquias, donde Jaramillo trabajó durante muchos años.
“Fue un sacerdote misionero, un sacerdote de gran dedicación a su pastoral y a su predicación, muy amante de la naturaleza, procuraba estar enseñando siempre desde la línea del cuidado de la casa común”, ha dicho el prelado.
Asimismo el obispo ha asegurado que su par Juan Vicente Córdoba, obispo de Fontibón, le habría informado que el presbítero estaba haciendo sus trabajos de manera normal, en lo que pudiera ayudar en las parroquias, de tal manera que “nos toma de sorpresa este acontecimiento que nos enluta y entristece, no nos queda que dejarlo todo en las manos de Dios”.
En versiones preliminares de los vecinos del sector, se ha señalado que el religioso había ayudado a unos ciudadanos venezolanos desde hace unos días y, supuestamente, estas personas cometieron el asesinado cuando intentaban robarlo, mientras que, por otra parte, el menor aprehendido había asegurado a las autoridades que el sacerdote intentó abusar sexualmente de él.
En cuanto a los señalamientos por parte del agresor, el obispo deja todo en manos de las autoridades, toda vez que es muy difícil poder dar uno un juicio sobre algo de lo que no se tiene ninguna seguridad: “hay unos entes investigativos, eso está en proceso y ellos determinarán las causas” del homicidio. Los hechos están siendo investigados por parte del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.
Foto: El Tiempo.