“Es de vital importancia no subestimar la necesidad de confrontarnos con las profundas heridas infligidas a las víctimas de abuso sexual por miembros del clero. Son heridas de naturaleza psicológica y espiritual que deben ser atendidas con cuidado”. Lo ha dicho el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, en su ponencia titulada ‘La Iglesia como hospital de campaña. Tomar responsabilidad’, la segunda del Encuentro sobre ‘los abusos a los menores en la Iglesia’, que ha comenzado hoy, 20 de febrero, y concluirá el domingo día 24.
El secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha insistido en la misión de los obispos y demás jerarcas de la Iglesia en el acompañamiento a las víctimas. “Este es un vía crucis que no podemos perdernos”. “Necesitamos ayudar a las víctimas –ha añadido–, con quienes Jesús se identifica, a llevar su pesada cruz”. Y ha continuado: “Nos han confiado el cuidado de nuestro pueblo; es nuestro deber sagrado cuidar de nuestro pueblo y asegurar justicia con quienes han sido abusados”.
Sobre la responsabilidad de los prelados, ha indicado que la gestión “también debería abarcar la cuestión urgente y a largo plazo de la prevención de la conducta sexual indebida en general y del abuso sexual de menores en particular”. Y para ello, ha incidido en la formación permanente del clero y la formación de seminaristas y todos aquellos laicos y consagrados que estén trabajando con menores.
Al mismo tiempo, ha afirmado con rotundidad sobre la selección de obispos que “es un grave pecado contra la integridad del ministerio episcopal ocultar o subestimar hechos que pueden indicar deficiencias en el estilo de vida o en la paternidad espiritual de los sacerdotes sujetos a una investigación pontificia sobre su idoneidad para el oficio de obispo”. Y es que “los obispos y superiores mayores tenemos el deber sagrado de ayudar al Papa a llegar a un discernimiento adecuado sobre los posibles candidatos para el liderazgo de la Iglesia”, ha subrayado.
En relación a las denuncias, ha recordado la necesidad de que se realicen con la ayuda de expertos y que no haya “demoras innecesarias”. Asimismo, ha señalado que “un espíritu de colaboración con las autoridades civiles beneficia tanto a la Iglesia como a la sociedad en general”.
Scicluna ha aprovechado su alocución para animar a los laicos a desempeñar un papel protagonista en la Iglesia –”el papel que os corresponde”–. Además, ha invitado a hacer un buen diagnóstico de cuáles son las causas de esta crisis en el seno de la Iglesia para poder plantear caminos de solución. Y a las víctimas les ha asegurado protección: “Los protegeremos a toda costa. Vamos a dejarnos la vida por los rebaños que se nos han confiado”.