‘Dios lo hizo por mano de una mujer’ es el título elegido por la CONFER para las Jornadas de Mujeres y Cambio Social que se celebran a partir de hoy, 22 de febrero, y que han sido organizadas por el Área de Justicia y Solidaridad y la de Misión y Cooperación de la institución.
El papel de la mujer en los procesos de transformación social y en la “patentización de su papel” debe ser “fundamental en la Iglesia”, si bien “todavía seguimos con muchas trabas y reticencias”, ha dicho Jesús Miguel Zamora, secretario general de CONFER durante la apertura de las jornadas.
A colación del título, Zamora ha señalado que “podemos hacer memoria de lo que Dios hizo y sigue haciendo por medio de una mujer, de una comunidad de mujeres, de un grupo de mujeres” y, por este motivo, con las jornadas se pretende “reivindicar y promover derechos y ciudadanía, trabajar para otorgarle a la mujer la visibilidad que otras estructuras han ocultado”.
“No mirar para otro lado”
De la misma manera, también se pretende “ayudar a corazones masculinos” a que no olviden “que su papel también pasa por reconocer a las mujeres el papel esencial en la familia, las artes, la sociedad, la Iglesia, el mundo”. Por este motivo, como Iglesia no se desea “mirar para otro lado”, ya que “duele” todo aquello “que se vuelve contra las mujeres y las convierte, por parte de quien sea, en objeto, su objeto de dominio, de consumo, de sometimiento por poder, por conciencia o por religión”.
Pero también se ha reconocido la preocupación ante el hecho de que la mujer se haya convertido en sujeto “de abusos, perdiendo la dignidad que nunca debió ser arrebatada, sino incrementada”. Así, Zamora ha dicho que a los religiosos españoles les “duele mucho que muchas religiosas hayan sido abusadas por clérigos”, porque de esta manera “los hombres” y más aun aquellos “que decimos de Iglesia, han pervertido e invertido el sentido del título de estas jornadas”, creando su propio lema: “los hombres lo hemos hecho, hemos utilizado a la mujer”. A esto, Zamora ha exclamado, rotundamente, que “no hay derecho ni justificación ninguna” para consentir estos actos.
“Protestamos contra ello como Vida Consagrada porque nos duele una Iglesia así”, ha añadido, recordando “a tantos hombres y mujeres” que, “con su esfuerzo y pasión siguen creando entornos seguros, espacios de crecimiento humano, espiritual, social en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad”.
