Cultura

‘Hope and Pain’: la cruz de las pateras





Marc Montijano (Vic, 1978) construye en Vejer (Cádiz) 23 cruces de gran tamaño. Cruces que denuncian la muerte de los migrantes en el Estrecho de Gibraltar. “A los proyectos les doy muchas vueltas. Antes de lanzarme he estado más de un año preparando este trabajo –afirma a Vida Nueva–. Nos trasladamos en noviembre a esta zona de Cádiz para empaparnos de lo que estaba ocurriendo con la migración. Por desgracia, el 5 de noviembre naufragó una patera en la playa de Los Caños de Meca. La playa se llenó de restos de madera de pateras, vestimenta, calzado… y cuerpos. Día a día iban apareciendo migrantes fallecidos, hasta 23 cadáveres, en un goteo dramático. Solo ese mes, en la frontera sur, fallecieron 114”.

Una cruz por cada ahogado aquel funesto día. Cruces construidas con la madera de la patera que naufragó a pocos metros de la costa. “Durante noviembre y diciembre fuimos recogiendo restos de pateras en esa playa –explica el artista, afincado en Málaga–. Reunimos gran cantidad de maderas rotas, de colores vivos, desgastadas por el mar. Es un material de trabajo complicado, cargado de energía, con una historia muy dura detrás, por lo que intento tratarlo con el máximo respeto. Pero las maderas aparecieron solas, estaban ahí y sentí la necesidad de utilizarlas para contar su historia”.

La cruz de Trafalgar

Historia que tiene forma de calvario, martirio y muerte. “La cruz me acompaña desde hace más de una década. Es un símbolo muy potente y rico, que repito constantemente. En concreto estas cruces, en forma de aspa o cruz de san Andrés, se han convertido en un elemento característico en mi trabajo. Las cruces, los sacos y las cuerdas son mis señas de identidad”, manifiesta Montijano, que ha expuesto sus creaciones en el Centro Pompidou Málaga o el Centro de Arte Contemporáneo (CAC). “La cruz me interesa como elemento espiritual o religioso –añade–. Como marca que señala al que intenta evolucionar, el que vuelve la mirada a su interior; y como instrumento de martirio, yo busco ese sacrificio de la carne, de lo material. En este caso, empleo la cruz en forma de X, tal vez más neutra que la latina, pero que igualmente indica ese martirio o sacrificio”.

En este proyecto sobre las migraciones –que ha titulado ‘Hope and Pain’–, la cruz sirve como símbolo y como sepultura, como la que ya ha instalado en Los Caños, y a la que ha llamado La cruz de Trafalgar, de cuatro metros. “Intento personalizar, huir de cifras genéricas. La cruz como homenaje o recordatorio a la persona con nombre y apellidos, con familia, que ha fallecido, que ha perdido la vida intentando llegar a Europa, como si fuera la cruz en un cementerio, remarcando las ausencias. También, aunque eso lo pensé a posteriori, san Andrés, al igual que su hermano Pedro, era pescador, por tanto, la cruz en forma de aspa conecta con el mar”, manifiesta este artista multidisciplinar, arraigado en Málaga desde que su familia se trasladó a Andalucía cuando tenía siete años.

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Etiquetas: Cádizmigrantes
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