Vaticano

Valentina Alazraki a los obispos en la cumbre antiabusos: “Si no comunican, son cómplices de los abusadores”





Una periodista frente a los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el planeta. La corresponsal de la televisión mexicana Televisa, Valentina Alazraki, fue invitada a intervenir en la cumbre antiabusos que se celebra este fin de semana en Roma. Desde la mesa presidencial y junto al Papa, la veterana periodista que ha vivido 150 viajes papales planteó a los asistentes “como la Iglesia debería comunicar sobre este tema de los abusos”.

“Los abusos contra menores no son ni chismorreos ni habladurías, son crímenes”, expuso la periodista, que señaló ante la asamblea que “los periodistas no somos ni los abusadores ni los encubridores. Nuestra misión es la de ejercer y defender un derecho, que es el derecho a una información basada en la verdad para hacer justicia”.

La rigurosidad de los periodistas

“Los periodistas sabemos que los abusos no están circunscritos a la Iglesia católica, pero tienen que entender que con ustedes tenemos que ser más rigurosos que con los demás, por su propio rol moral”, aseveró.

Así, llamó a los responsables de la Iglesia a tomar conciencia de que “cuanto más encubran, cuanto más sean como avestruces, cuanto menos informen a los medios y, por lo tanto, a los fieles y a la opinión pública, más grande será el escándalo”. Es más, añadió que si no se comunican, “se vuelven automáticamente cómplices de los abusadores”.

Tres consejos para comunicar

La corresponsal mexicana dio tres consejos a la asamblea con el primer mandamiento como primordial: poner a las víctimas en primer plano. “Las víctimas no son números, no son parte de una estadística, son personas a las que se les ha arruinado la vida, la sexualidad, la afectividad, la confianza en otro ser humano, quizás hasta en Dios, así como la capacidad de amar”, comentó.

Además les pidió a los obispos en segundo lugar que se “dejen aconsejar y asesorar por los comunicadores”. “Yo creo que la Iglesia debería tener a todos los niveles expertos en comunicación, y escucharles cuando les digan que siempre sale más barato informar que callar o, incluso, mentir”, añadió. En este sentido, el tercer consejo fue “profesionalizar la comunicación”.

Sospecha y desconfianza

“Quien no informa, alienta un clima de sospecha y desconfianza, y  provoca la rabia y el odio hacia la institución”, reflexionó a la par que les alertó de que “los fieles no perdonan la falta de transparencia, porque es una nueva violencia a las víctimas”.

Así, animó a la Iglesia a tener una actitud proactiva en lo informativo apostando por “la rendición de cuentas y la transparencia, que van de la mano”: “No deberían ustedes esperar a que una investigación periodística lo descubra, para responder a preguntas legítimas de la prensa”.

Los límites de la transparencia

Consciente de que “la transparencia tiene sus límites”, señaló que “no pretendemos que nos informen de cualquier acusación a un sacerdote”, pero sí deben hacer con “celeridad las investigaciones, ajústense a la ley en el país que viven, y si está previsto, presenten el caso ante la justicia civil”.

La periodista se refirió la caso más escandaloso de México, el del fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel: “Para mí este es el caso más emblemático de una comunicación enferma, corrupta, del que se puede y se debe aprender varias lecciones”.

Subestimar la gravedad

Alazraki planteó la urgencia de apostar por la comunicación interna “desde abajo hasta arriba” en tanto que “hemos sabido de varios nuncios y yo lo puedo atestiguar, que hubo casos de encubrimiento, de obstáculos a acceder al papa de turno, a la subestimación de la gravedad de las informaciones o a su descalificación como si fueran fruto de obsesiones o fantasías”. También lamentó que los boletines de la oficina de prensa de la Santa Sede se informe acerca de una renuncia de un obispo sin explicar razones cuando se sabe que “se iban por abusadores”.

Elegir de qué lado estar

“Háganse una pregunta. ¿Son ustedes enemigos de los abusadores y de los encubridores tanto como lo somos nosotros?”, preguntó la periodista, que a renglón seguido continúo con su cuestionario: “Nosotros, los periodistas, hemos elegido de qué lado estar. ¿Ustedes, lo han hecho de verdad, o solo de palabra?”.

Si ustedes están en contra de los abusadores y de los encubridores, estamos del mismo lado. Podemos ser aliados, no enemigos. Les ayudaremos a encontrar las manzanas podridas y a vencer las resistencias para apartarlas de las sanas”, explicó Alazraki.

Sin ningún tipo de temor, lanzó a los obispos: “Si ustedes no se deciden de manera radical a estar del lado de los niños, de las mamás, de las familias, de la sociedad civil, tienen razón a tenernos miedo, porque los periodistas, que queremos el bien común, seremos sus peores enemigos”.

Culpabilizar a los medios

¡Cuántas veces me ha tocado escuchar que el escándalo de los abusos es ‘culpa de la prensa, que es un complot de ciertos medios para desacreditar a la Iglesia, que detrás hay poderes ocultos, para acabar con esta institución’!”, expuso para sentenciar: “En ningún caso se puede culpabilizar a los medios por destapar o informar sobre abusos”.

Y con esta misma idea, concluyó su ponencia: “Ojalá vuelvan a sus diócesis pensando que no somos nosotros los lobos feroces, sino que, al contrario, podemos unir nuestras fuerzas en contra de los verdaderos lobos”.

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