La cumbre antiabusos no es el final, sino más bien un punto de inflexión. Así lo ha puesto de manifiesto el coordinador del encuentro, Federico Lombardi, que durante la rueda de prensa final ha anunciado que la Santa Sede contará en el plazo máximo de uno o dos meses con una nueva legislación para luchar contra los abusos, entre ellos, un nuevo motu proprio papal sobre la protección de menores y un manual de instrucciones para que los obispos afronten las denuncias y acompañen a las víctimas.
“Un nuevo motu proprio del Papa sobre la protección de menores y de las personas vulnerables para reforzar la prevención y el combate contra los abusos sexuales en la Curia romana y en el Estado de la Ciudad de Vaticano será publicado”, anunció el jesuita.
Las líneas guía
Además, anunció la aprobación de “una nueva ley del Estado de la Ciudad del Vaticano y las líneas guía para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano sobre el mismo argumento”.
Además, la Congregación de la Doctrina de la fe publicará “un vademecum que ayudará los obispos del mundo a comprender claramente sus deberes y sus obligaciones”.
Lo corroboró el secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna, que aclaró que no será “una enciclopedia”, sino un compendio de reglas “muy simple y breve”.
Equipos especializados de apoyo
Entre otras medidas que también tiene previsto adoptar la Iglesia por deseo del Papa, se buscará la creación de equipos de trabajo a modo de “task force” con personas especializadas que ayuden a aquellos Episcopados y diócesis “en dificultad”.
Scicluna explicó además que la Santa Sede también tiene previsto “reformar la cuestión del secreto pontificio”. “El secreto pontificio sirve para garantizar la libertad de la Iglesia, pero en el caso de los abusos sexuales no se puede aplicar”, reconoció el también arzobispo de Malta, que considera además que resulta “contraproducente” por lo que requiere una reforma: “No se trata de un valor absoluto, no estamos hablando del secreto de confesión, se puede negociar”.
