“Se necesita una reacción de carácter penal, nada de encubrimientos, nada de un silencio cómplice, tiene que haber una denuncia clara, colaboración con las autoridades del Estado y unos protocolos de actuación”. Esta es la lección que el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, se trae en la mochila tras el Encuentro sobre ‘la protección de los menores en la Iglesia’, que se ha celebrado del 21 al 24 de febrero en Roma.
En una entrevista concedida hoy, 25 de febrero, a Cope, Blázquez ha apostado por elaborar “estudios históricos” sobre los abusos. “Ante un fenómeno de esta magnitud, es importante realizar estudios históricos, también el cambio en la forma de actuar de la sociedad y de la Iglesia, pero es necesario estudiarlo desde el punto de vista estadístico”, ha recordado. Del mismo modo, ha pedido que el “dedo acusador” no solo apunte a la Iglesia porque es “un problema universal”.
“Escuchar a las víctimas sin mirar el reloj”
A su llegada a España, el presidente del Episcopado ha recalcado, a modo de balance, que se ha tratado de un encuentro “providencial, extraordinario, intenso y muy rico”, del que ha aprendido que lo más importante es “escuchar a las víctimas sin mirar el reloj” y comunicar las denuncias de abusos a las autoridades.
“Recuerdo el testimonio de una víctima que me hacía llorar, fue conmovedor, ¡qué abuso tan grave! A veces de años y tergiversando su daño como si fuera culpable, con un silencio cómplice, a veces se volvía en contra de la víctima, que no encontraba escucha ni siquiera en la familia”, ha indicado tras insistir en que la Iglesia quiere tener “las puertas abiertas” a las víctimas aunque comprende que la experiencia de abusos haya podido “matar su fe”.
En palabras del purpurado, la Iglesia católica ha sido la única institución que ha dedicado una reflexión detenida sobre este asunto a pesar de que se trata de un problema “de toda la sociedad”, del ámbito educativo y “sobre todo de la familia”.