Tras haber concluido en Roma el encuentro de los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, convocados por el papa Francisco, a fin de establecer estrategias para la lucha contra el abuso de menores por parte de miembros de la Iglesia, el responsable de la Dimensión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia del Episcopado Mexicano condenó este flagelo, pero hizo un llamado a no calificar como pedófilos a todos los clérigos.
Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, explicó a través de un artículo, que, tal como dio a conocer el papa Francisco durante el encuentro, este fenómeno no se circunscribe a clérigos de la Iglesia, sino que es bastante generalizado, siendo los principales abusadores los padres, los parientes, los maridos, los entrenadores y los educadores; sin embargo –apuntó– la universalidad de esta plaga no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia.
Afirmó que dentro de la institución hay casos muy deplorables, pero la inmensa mayoría de los sacerdotes son fieles a su vocación y respetan la dignidad de los niños y de la comunidad, por lo que pidió a los feligreses, en caso de ser testigos de algún desorden, seguir el consejo evangélico: “hablar directamente con la persona, hacerlo con testigos y, si es necesario, denunciarlo ante la comunidad y las autoridades civiles y religiosas”.
“Se ha avanzado mucho”
Arizmendi también se refirió a las voces que aseguran que tras la cumbre todo sigue igual, y que todo quedará en palabras y promesas. “Siguen desconfiando –dijo- porque muchos han sufrido en carne propia no haber sido escuchados a tiempo y sostienen que sus victimarios no han sido castigados como merecen. Es explicable su postura (…) sin embargo, no se puede decir que todo quede en palabras. Se ha avanzado mucho, aunque todavía nos falta más para que este delito desaparezca”.
No obstante, el obispo consideró que lo que la Iglesia está haciendo debería estimular a otras instancias a profundizar en las raíces e implementar medidas más eficaces para su justo tratamiento.
Finalmente, dijo haber leído con detenimiento todas las intervenciones que hubo, no sólo las del Papa, de los obispos y cardenales, sino también de las víctimas y de otras personas, y destacó en particular la claridad y profundidad, así como el respeto y la competencia, con que la periodista mexicana Valentina Alazraki intervino en el encuentro.