“En las últimas décadas el mercado único ha permitido que Europa aumentase las cotas de bienestar material. Sin embargo, una economía de libre mercado necesita unas normas claras para lograr el bien común de la ciudadanía”. Así lo ha manifestado Justicia y Paz Europa en una reflexión hecha ante las elecciones que se celebrarán del 23 al 26 de mayo. En ella, la organización hace una serie de propuestas “para todas las personas de este continente, ya sean cristianas, de otra religión o no religiosas” a partir de las cuales abordar cuatro temas “prioritarios para el próximo Parlamento Europeo”.
Así, Justicia y Paz pone el foco en la exportación de armas “a zonas de guerra y conflicto armado”, subrayando que esta es una práctica “contraria al acuerdo existente entre los Estados miembros”. Sin embargo, la organización ha recordado que “en los últimos años las armas armas fabricadas en el mercado único europeo se han utilizado en muchas guerras y conflictos armados”, convirtiendo a la Unión Europea en “el segundo mayor exportador de armamento del mundo”.
“Para evitar conflictos y aumentar la seguridad internacional, la UE estableció en 1998 un Código de Conducta sobre las exportaciones de armas”, dice la declaración. Sin embargo, “en la práctica de emisión de licencias a empresas exportadoras de armas, los Estados miembros de la UE han violado con frecuencia estas normas”. Por este motivo, Justicia y Paz Europa espera que el próximo Parlamento Europeo “promueva activamente un sistema efectivo de sanciones en el caso de que los Estados miembros violen las reglas”.
Medio ambiente, pobreza y Derechos Humanos
De la misma manera, la organización ha remarcado la necesidad de trabajar por la justicia social ante “la actual distribución injusta de oportunidades y riqueza” y la situación de “pobreza y exclusión social” dentro del mercado único. Todo ello “conduce a consecuencias negativas y vitales a nivel demográfico, cultural y social”.
Otros factores importantes para Justicia y Paz Europa son el cuidado del medio ambiente natural, reduciendo el “alto e inaceptable desperdicio de alimentos”, así como el respeto de los Derechos Humanos por parte de las empresas europeas que “trabajan por todo el mundo de forma que pueden producir violaciones” de dichos derechos.
