La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer este martes un plan de trabajo para atender el abuso sexual de menores por parte clérigos y agentes de pastoral en el ámbito eclesial, como una respuesta al Encuentro sobre la Protección de los Menores en la Iglesia, que se realizó recientemente en Roma a petición del papa Francisco.
En conferencia de prensa, el presidente del organismo, Rogelio Cabrera López, explicó que las acciones contemplan cinco rubros: diagnóstico, prevención, justicia y respuesta, apoyo a víctimas y promover el respeto por la ley.
El también Arzobispo de Monterrey explicó que el diagnóstico busca dimensionar y transparentar el problema, por lo que darán seguimiento a los 21 puntos de reflexión que el papa Francisco presentó al inicio del Encuentro sobre la Protección de los Menores en la Iglesia, así como a las ocho dimensiones que el Santo Padre propuso al final del mismo para erradicar la “plaga de los abusos” en la Iglesia universal.
El segundo punto del plan de trabajo –detalló Cabrera– consiste en implementar políticas, protocolos, controles y mecanismos institucionales en cada diócesis del país para garantizar que ningún menor de edad vuelva a ser víctima de abuso sexual por parte de clérigos o agentes de pastoral en el entorno eclesial, y que todas las instancias eclesiales estén capacitadas para proceder conforme a la legislación canónica y civil.
Para ello, entre las 11 medidas que proponen los obispos en este apartado, está la de reforzar la selección y la formación de los sacerdotes, desde su ingreso al seminario, acompañando su proceso formativo y permanente, a fin de no tener sacerdotes que sean o representen un riesgo para los menores y para las personas vulnerables.
Para atender este punto del plan de trabajo, el Presidente de la CEM dijo que se verificará el cumplimiento de la legislación civil y canónica por parte de las instancias responsables en todos los casos de abuso sexual de menores, de los que se tenga o que se llegue a tener registro, a fin de que los probables responsables sean procesados y se repare el daño causado.
En este sentido, los obispos trabajarán bajo el principio de que “ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado, porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo”.
De modo particular, esperan el Vademécum que será publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a fin de ampliar sus manuales para la prevención en todas las instituciones y ambientes de actividad eclesial.
La CEM busca a través de esta cuarta acción identificar a las víctimas y brindarles el apoyo humano, espiritual, psicológico o material que requieran conforme a los principios de proporcionalidad y necesidad.
En este rubro, se plantean tres medios para lograrlo: una atención primordial y privilegiada a las víctimas; mantenerse en contacto estrecho con ellas a fin de tomar en cuenta sus recomendaciones y cuidar pastoralmente a las comunidades heridas por este flagelo.
Sobre la última de las acciones propuestas en el plan, Cabrera López apuntó que la Iglesia se compromete a combatir el clericalismo y vivir en la “humildad, contrición, oración y penitencia”, de tal manera que los derechos de las víctimas estén siempre por encima del derecho de los abusadores; hacer un reconocimiento “a los medios y reporteros por la importante y valiente labor ejercida, en cuanto a la defensa y servicio a la verdad”, y “cuidar el clima socio-eclesial de los sacerdotes, de tal manera, que no se viva en pánico, sino seguros, y puedan cumplir adecuada y plenamente su vocación”.
Durante la conferencia, Rogelio Cabrera explicó que, con relación al número de casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos en México, se le ha encomendado al Equipo Nacional de Protección de Menores revisar toda la información disponible en torno a los mismos.
Recordó que cada diócesis, además de tener personalidad jurídica canónica, también la tiene frente al estado mexicano como asociación religiosa. “Es importante destacar que cada uno de los asuntos tiene particularidades que implican la necesidad de un análisis exhaustivo de tal suerte que se proteja la identidad de las víctimas, se cuide el debido proceso y los derechos humanos de los probables responsables”.