‘Monjas abusadas, el otro escándalo de la Iglesia’: Francia se estremece con el documental sobre los curas violadores

  • Tras dos años de investigación, el reportaje emitido anoche saca a la luz el calvario sufrido por religiosas
  • El documental recoge la portada de Vida Nueva en la que sor Rita Mboshu denunciaba los abusos en África

‘Monjas abusadas, el otro escándalo de la Iglesia’: Francia se estremece con el documental

Habla sin rabia y mide cada palabra. Frente a la cámara, Michèle-France, excarmelita, pelo blanco y ojos claros, ofrece un testimonio implacable sobre los abusos sexuales que sufrió durante 25 años por parte de dos grandes personajes de la Iglesia francesa: Marie-Dominique y Thomas Philippe, hermanos de sangre y ambos dominicos. El primero fundó la comunidad Saint-Jean, que suscitó numerosas vocaciones y sigue siendo una exitosa realidad eclesial. El otro fue cofundador y capellán de la comunidad de El Arca, que acoge a personas con discapacidad mental. Sus graves conductas fueron reconocidas oficialmente tras su muerte, incluso por sus propias comunidades, pero todavía hay quien hoy los defiende.

“Me decía que él era el humilde instrumento de Jesús”, relata la exreligiosa, antes de entrar en las terribles circunstancias de los abusos y cómo la entregó a su hermano, en un acto de perversidad extrema. Escuchar su testimonio detallado resulta estremecedor.

Pero la suya es solo una de las tragedias narradas en el documental ‘Monjas abusadas, el otro escándalo de la Iglesia’ (‘Religieuses abusées, l’autre scandale de l’Eglise’) de Marie-Pierre Raimbault y Eric Quintin, fruto de una importante investigación, emitido por el canal franco-alemán Arte ayer, 5 de marzo, y que ha suscitado indignación y tristeza. Tanto la Conferencia Episcopal como la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia han manifestado su “solidaridad” con las víctimas y su “ira” frente a una realidad “casi insostenible”. También la comunidad Saint-Jean y El Arca han vuelto a expresar su apoyo a las víctimas, reconociendo una vez más las acusaciones en contra de sus fundadores.

Esclavitud sexual

Varios de los testimonios recogidos en el documental ya habían aparecido en la prensa o en paginas web dedicadas al tema de los abusos cometidos en la Iglesia. Sin embargo, el hecho de componer un panorama general del tema y de poder ver a las propias víctimas relatar sus historias permite darse cuenta de la dimensión de esta tragedia ocultada. En ciertos casos, como por ejemplo en algunas congregaciones presentes en África, se trata de verdaderas redes de prostitución, con madres superioras entregando a jóvenes monjas a sacerdotes. Una de ellas, cuenta el documental, fue obligada a abortar al octavo mes de embarazo. En Roma, una hermana congoleña, violada por un sacerdote, tuvo que abandonar a su hijo al nacer, como se lo pidió su congregación… que le ordenó dejar el convento poco después del parto.

El documental ha entrevistado al corresponsal de Vida Nueva en Roma, Darío Menor, para hacerse eco de la portada de esta revista en la que sor Rita Mboshu Kongo, religiosa congoleña que enseña en la Pontificia Universidad Urbaniana, ponía al descubierto una realidad muchas veces ocultada: los abusos que sufren algunas monjas africanas por parte de eclesiásticos y el maltrato al que les someten sus propias superioras.

DARIOMENORABUSOS

Los abusos cometidos por sacerdotes sobre religiosas es un nuevo escándalo para la Iglesia que se está empezando a destapar, como prueban varias investigaciones publicadas por algunos medios, incluso católicos. A principios de febrero, de vuelta de Abu Dabi, el propio papa Francisco admitió la existencia de abusos por parte de sacerdotes a monjas e incluso de “esclavitud sexual” en el seno de la Iglesia.

El documental, sin embargo, muestra también lo difícil que resulta que tales casos encuentren una verdadera respuesta por parte de los responsables eclesiales. Dos de las víctimas tenían una audiencia con el Papa a principios de diciembre, que se canceló pocas horas antes. Ellas querían que se hiciera pública, mientras que el Vaticano prefería mantener la privacidad. Después del abuso infantil, este será sin duda otro tema al que la Iglesia deberá enfrentarse en los próximos años.

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