Hace casi 40 años en todas las diócesis chilenas durante el tiempo de Cuaresma se realiza la campaña Cuaresma de Fraternidad. Pone énfasis y motiva a acentuar una vida más intensa de oración y de penitencia, principalmente a través de privaciones que generen ahorros para compartirlos con quienes tienen más necesidades. Para ello, se distribuyen alcancías, cajas pequeñas para los hogares y más grandes para las salas de clases en los colegios. En ellas se invita a ir ahorrando el fruto de privaciones a fin de hacer de ellos una práctica de compartir y solidarizar.
Son los obispos quienes aprueban los destinatarios o beneficiados de las campañas, para períodos de tres años. En años anteriores lo han sido adultos mayores, niños y jóvenes. A partir de esta Cuaresma y hasta el 2021 serán los inmigrantes que, en los últimos años, han aumentado hasta llegar a superar el 7% de la población total del país. Organismos eclesiales como el Instituto Católico de Migración (INCAMI) y el Servicio Jesuita de Migrantes han multiplicado su personal, sus programas y sus actividades acogiendo las necesidades de haitianos, venezolanos, colombianos, ecuatorianos y peruanos, principalmente, tanto en Santiago como en varias ciudades del país.
José Tomás Silva, Secretario Ejecutivo de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad, se refirió a los desafíos que enfrenta: “Este 2019 se renueva el ciclo de la Campaña Cuaresma de Fraternidad que cambia de sujeto prioritario por los próximos tres años. No es casualidad, que la iglesia chilena realice un especial llamado durante este tiempo de oración, abstinencia y solidaridad para centrar la mirada hacia los migrantes. Es una invitación que nos desafía, no solo a reunir dinero para quienes más lo necesitan, sino que además a derribar los propios muros de miedos y prejuicios que se expresan en actos de xenofobia. Significa llevar a la práctica la cultura del encuentro y la acogida”.
Con esta orientación la campaña anima en todas las parroquias, colegios, movimientos y organismos eclesiales a vivir más intensamente la espiritualidad cuaresmal con una clara dimensión de práctica de la caridad, orientando hacían la acogida, el encuentro y el apoyo económico a quienes llegan al país.
Con el lema “Tu Aporte y el nuestro, Esperanza de todos”, la campaña se realizará entre el 6 de marzo y el 14 de abril. Durante la Semana Santa en cada parroquia se recogen las alcancías y su recaudación se entrega en el obispado respectivo. El 30% recaudado constituye un Fondo Nacional que financia proyectos que vayan en la línea de la acogida, protección, promoción e integración de los destinatarios de la campaña, esta vez los cientos de miles de inmigrantes en Chile, muchos de ellos en condiciones de mucha vulnerabilidad.