‘Yo era el último y ahora soy el primero’ es el título del vídeo con el que el colegio Salesianos Trinidad de Sevilla ha mostrado su manera de trabajar a través de la experiencia de sus alumnos de formación profesional. “Los salesianos nos dedicamos a los jóvenes, especialmente a los más vulnerables”, dice a Vida Nueva Sergio Codera, coordinador de pastoral del colegio. “Cada año tenemos una campaña, y en la de este año, queríamos resaltar este aspecto de nuestro carisma”, añade.
Así, han creado la campaña ‘primero los últimos’, en la que el colegio se centra en esos alumnos que llegan al centro “con muchas heridas porque no se les ha dado la atención que necesitaban”, como dice el docente Antonio Chamorro en el video. Y es que “no se trata solo de lo académico, sino de la persona”.
“El video fue una cosa muy bonita, muy natural, sin guión”, explica Codera, ya que “fue sentar a los jóvenes, que se presentaron voluntariamente, en el sillón y que nos contasen su experiencia”. La mayoría de ellos son estudiantes de educación profesional básica, de los cuales “sabemos que tienen situaciones personales difíciles, y en el colegio tenemos como 100 alumnos con estas características”.
Motivados para salir adelante
Problemas económicos, familiares y de dependencias son, muy por encima, a lo que deben enfrentarse diariamente estos chicos y chicas. Y es precisamente esto lo que se intenta cambiar desde el centro. “Cuando confían en ti uno saca lo mejor que tiene dentro”, señala Codera. Así, “cuando un muchacho se siente importante saca todo lo bueno de sí mismo”.
En el video todos los jóvenes coinciden en que, en otros centros a los que iban anteriormente, no asistían a clase porque no se sentían motivados. “Nadie me apoyaba, nadie daba nada por mí”, dice uno de ellos. “Los jóvenes que entran en nuestro centro desde Primaria están acostumbrados a ese trato positivo, y para ellos es normal”, asevera Codera, pero cuando llega “uno que ha vivido situaciones en las que no le han valorado o no le han prestado atención suficiente, la realidad con la que se encuentran es completamente distinta”. Sobre todo, al encontrar personas “que confían en ellos y les dan esa confianza que acaba sacando lo mejor que hay en ellos”. Pero, sobre todo, “motivándolos” a salir adelante.
Para lograrlo, además de “unos docentes muy identificados con el carisma salesiano”, se hace fundamental el saber conectar con los jóvenes. Y, para hacerlo, “hace falta conocerlos de verdad y valorar las cosas que hacen, las cosas que para ellos son importantes”, afirma Codera, añadiendo que, cuando esto se consigue, “podemos aprender más de ello de lo que podemos imaginar”.