Karlijn Demasure, profesora de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, ha propuesto a La Croix una serie de medidas para poner fin al abuso sexual de las monjas cometidas por sacerdotes. “Es importante saber cómo se llega a inducir a las monjas a tener relaciones sexuales con los sacerdotes”, ha señalado, ya que “son raros los casos en los que se utiliza la fuerza bruta”.
Por el contrario, “a menudo el sacerdote fomenta una relación que le permite, con el tiempo, ir más y más lejos”. Por otra parte, ha apuntado que una “teología que da prioridad al sacerdote” tiene como consecuencia que “muchas mujeres no puedan creer que es posible que los clérigos cometan estos crímenes” o, incluso, “se pongan de su lado”, al igual que en los casos de obispos que, ante un caso así en su diócesis, “apoyan al sacerdote abusador en lugar de a la monja víctima”.
“Por supuesto, puede haber casos de relaciones amorosas entre un sacerdote y una monja basadas en el consentimiento mutuo”, ha afirmado, y, “aunque estos casos implican una transgresión del voto de castidad, no suponen un abuso”, ya que esta situación solo se da cuando “hay una relación de dependencia entre ambos, cuando el poder es desigual”. Esto, para Demasure, es algo que “se debería recalcar en el entrenamiento de los sacerdotes en el seminario, porque volvemos al tema del clericalismo ya denunciado por el papa Francisco”.
Martina Liebsch, responsable de Incidencia de Caritas Internationalis, ha señalado, en una entrevista con Vatican News, como “especialmente destacable en este 8 de marzo” la situación de “las mujeres en Venezuela”, ya que son ellas “quienes verdaderamente luchan por la familia, por la comida, y por buscar medicinas, ya que no las hay en el país”. Y es que “entre más de un millón de venezolanos que están fuera del país, hay muchas mujeres en condiciones difíciles”.
Sin embargo, ante la situación de las mujeres en general, Liebsch ha pedido tener en cuenta que “por un lado sabemos que en muchas partes del mundo las mujeres son vulnerables”, pero que, por otro lado, “hay que tener cuidado de no victimizarlas diciendo que lo son”. Y es que, una vez reciben el apoyo necesario, “desarrollan una fuerza increíble para enfrentar problemas difíciles”.
De la misma manera, ha subrayado que “el mayor obstáculo para las mujeres a la hora de hacer una carrera hacia una posición de liderazgo sigue siendo el cuidado de la familia”, motivo por el cual “todavía estamos en el modelo clásico de división de roles, que se cambia cuando nos preguntamos qué significa la paternidad y compartiendo responsabilidades”.
Tres jóvenes cristianas, dos de ellas menores de edad, han sido acusadas en Pakistán de profanar las páginas del Corán, motivo por el cual han sido arrestadas. Más tarde se descubrió que las acusaciones eran falsas, pero la reacción de un grupo de radicales islámicos ya había obligado a abandonar sus casas a las familias cristianas de su aldea, cercana a la localidad de Karachi.
Saleh Diego, miembro de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Pakistán, ha informado a AsiaNews de que las jóvenes ya han sido liberadas por la policía y ahora se encuentran “escondidas en un lugar secreto por seguridad”. Una vez se ha demostrado que las jóvenes no dañaron el Corán, Diego denuncia que “las falsas acusaciones de blasfemia están motivadas por la venganza personal y el odio religioso”. Pero, mientras, las familias cristianas de la pequeña aldea siguen huyendo y las jóvenes viven escondidas.