La Iglesia sigue careciendo de una perspectiva feminista. Así lo manifiestan Pepa Torres y Silvia Martínez Cano, profesoras del Instituto Superior de Pastoral e impulsoras de ‘Mujeres en diálogo’, un espacio nacido hace tres años con el objetivo de poder abordar temas que en el ámbito teológico no son frecuentes y que tienen que ver con las mujeres. Y, si bien los hombres también están llamados a participar y formar parte de sus seminarios, los temas a tratar, ya sean desde una mirada social o eclesial, se ofrecen siempre desde una perspectiva de género. Los cuidados, el papel de la mujer en los textos bíblicos, la feminización de la pobreza, la maternidad subrogada o la violencia de género son solo algunos de los temas abordados y, de ellos, pero, sobre todo, de feminismo, charla Vida Nueva con las teólogas.
Francisco, desde el inicio de su pontificado, ha mostrado una especial sensibilidad hacia temas que atañen directamente a las mujeres. “La Iglesia debe estar abierta a la palabra de Dios a la luz de los signos de los tiempos y la cuestión de las mujeres es uno de estos grandes signos en el siglo XXI”, subraya Torres, a lo que Cano, en la misma línea, añade que “en el fluir de la historia, la Iglesia ha caído muchas veces en el no escuchar”, y este momento es “estupendo para llevar a cabo lo que dijo el Concilio Vaticano II: escuchar y dejarse atravesar por la realidad”.
“A las mujeres cristianas nos preocupa quedarnos fuera de la agenda de Francisco”, afirma Torres, si bien reconoce que este pontificado le parece “un momento de gran kairós en la historia” y del cual valora “la gran importancia” que ha tomado la Doctrina Social del Papa. “Es el primer Pontífice que utiliza la referencia al patriarcado para referirse a la violencia contra las mujeres, pero nos parece que es necesario sentarse a dialogar con las teólogas feministas”. Un gesto así por parte de Francisco “sería una muy buena noticia para la liberación de las mujeres, sobre todo para frenar los miedos”. “No sé hasta qué punto ha sacado Francisco los temas, sino que se ha dejado interpelar, y eso es una actitud muy interesante, muy creativa, muy intuitiva”, insiste Martínez, pero es necesario “dar un paso más para llegar al diálogo y concreciones”, ya que en el siglo XXI la presencia de las mujeres en la Iglesia “no puede ser la que hubo en el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, de 30 sobre 300”.
Para las teólogas, el miedo es el principal motivo por el que parece haber una gran reticencia a utilizar la palabra feminismo desde una perspectiva positiva dentro de la Iglesia. “La sospecha previa que siempre hay con los feminismos ignora que son movimientos de justicia con las mujeres”, dice Torres, y que “nacen con ellas, pero también con algunos hombres”. Por este motivo, a la religiosa le parecen “peligrosas” las declaraciones de Francisco en el encuentro celebrado en el Vaticano para tratar el tema de los abusos con las que afirmaba que “todo feminismo termina siendo un machismo con falda”, porque, si bien cree que, en muchos aspectos, “están descontextualizadas”, es cierto que “grupos de ultraderecha de este país, como es el caso de VOX, están utilizándolas para tratar de imponer un retroceso del avance histórico de las mujeres”. “Por supuesto que no era la intención de Francisco legitimar esto con sus palabras, pero estos grupos ultraconservadores ya se van a encargar de hacerlo”, añade.
A lo largo de la historia, “no solo a nivel de las sociedades sino también en la Iglesia”, indica Torres, “siempre ha habido mujeres que han experimentado que entre el cristianismo y el feminismo no hay contradicción, aunque haya elementos que había que someter a critica como en cualquier otra corriente”. Y es que la propuesta de liberación de las mujeres que hace Jesús y la propuesta también de esa comunidad de iguales “tiene mucho que ver con algunas de las reivindicaciones de los movimientos feministas”.