El cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, preside este sábado la ceremonia de beatificación de los jóvenes seminaristas mártires de Oviedo en la catedral de la capital asturiana. Al comienzo de una celebración que arranca a las 11 de la mañana, Becciu confirmará que Ángel Cuartas Cristóbal y sus ocho compañeros –el mayor 25 años y el más joven, 18– fueron asesinados por odio a la fe en el periodo comprendido entre 1934 y 1937, como el papa Francisco aprobó el pasado 7 de noviembre.
Esta no es la primera beatificación que acoge la catedral en estos años ya que en 2017 se celebró allí la del sacerdote francés Luis Ormières, fundador de las religiosas del Ángel de la Guarda. Antes, en 2016 también fueron beatificados los conocidos como mártires de Nembra –un sacerdote, dos padres de familia y un laico– asesinados en 1936.
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Los nuevos beatos son: Ángel Cuartas Cristobal (subdiácono y estaba en el 5º año del seminario, tenía 24 años, aparece en la foto con unos amigos en Lastres), Gonzalo Zurro Fanjul (tras ser minero, ingresó en el seminario porque quería ser misionero, murió a los 21 años en el 2º año de teología), José María Fernández Martínez (de familia de sacristanes, estaba en el primer año cuando lo fusilaron en octubre de 1934 a los 19 años), Sixto Alonso Hevia(apresado al comienzo de la guerra fue enviado al frente), Manuel Olay Colunga (era subdiácono e iba a cursar 5º de Teología también fue apresado y movilizado en la Guerra Civil), Luis Prado García (escondido con unos familiares fue apresado y tiroteado), Juan José Castañón Fernández (cursaba 3º de Filosofía, es el más joven del grupo con 18 años), Jesús Prieto López (de familia campesina, con 22 años era alumno de tercero de Teología) y Mariano Suárez Fernández (de la cuenca minera, estaba en 4º de Teología y lo mataron a los 23 años).
Todos eran conscientes del peligro que sufrían acudiendo al seminario en tiempos tan convulsos. Así lo aseguraba el sacerdote asturiano y misionero comboniano Fidel González, Relator de la Causa de los Seminaristas Mártires en el Vaticano, en una conferencia organizada por la diócesis: “Venían de las cuencas mineras, eran hijos de mineros, de agricultores, de marineros, eran personas que durante el verano tenían que ganarse el pan y trabajar y pagarse los estudios, que a duras penas conseguían. No eran lumbreras en inteligencia, pero tenían un sentido de pertenencia eclesial y de fe tan sumamente arraigada que, a pesar de que habían recibido consejos de que no volviesen al seminario, a veces incluso por parte de los mismos párrocos y sin embargo ellos decidieron volver, sabiendo a lo que se exponían”.
Las celebraciones continuarán mañana domingo con una eucaristía a mediodía presidida por el arzobispo Jesús Sanz en la Basílica de Covadonga. En el Seminario de Oviedo, a las 10 de la mañana abrirá la capilla en la que estarán las reliquias de los nuevos beatos para su veneración.
