Es consciente de dónde se ha metido al convertirse en presidenta de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), después de que la junta directiva destituyese al anterior mandatario, el gaitero José Ángel Hevia, mediante una moción de censura. No es la primera pica en Flandes que pone esta soprano, compositora y directora de orquesta, quien en 2011 se convirtió en la primera mujer en estrenar una ópera propia, ‘La página en blanco’, en el Teatro Real y también la primera que estrenó en el Teatro de la Zarzuela ‘Mi diva sin mí’.
PREGUNTA.- ¿Qué significa su llegada a la SGAE?
RESPUESTA.- De momento, que trabajo 18 horas diarias. Mi llegada espero que signifique un soplo de aire fresco, otra manera de hacer las cosas. En definitiva, poner un poco de mí en esta casa y dar mucho empuje e ilusión a los casi 500 trabajadores que hay aquí.
P.- La primera mujer que preside la entidad, tras la presidencia institucional de Ana Diosdado…
R.- Aquí tengo un poder de decisión importante. Siempre he dicho que la igualdad se empieza a conseguir cuando las mujeres están en los lugares de toma de decisión. Me gustaría lograr que muchas de las cosas que han estado atascadas se desatasquen.
P.- ¿Las mujeres tenemos otro talante para mandar?
R.- No sé cómo lo hacen otras, sé cómo las hago yo. Pero sí hay algo en nuestro ADN que nos hace tener un sentido más protector hacia los demás, vamos con más cuidado y sabemos generar grupo. No miras por ti, sino por que tu entorno esté mejor. Los que vivimos de los derechos de autor necesitamos consolidar unas leyes que nos ayuden.
P.- La SGAE mueve mucho dinero, ¿verdad?
R.- Muchísimo. Pero tiene que generar muchísimo más, porque estamos sometidos a otros modelos de negocio no regulados para los autores. Deberíamos poder repartir los beneficios de un mercado que cambia día a día porque el mundo digital lo ha alterado todo.
P.- ¿Bastará eso para parar la intervención o depende de que convenza al ministro?
R.- Yo pondré todo mi empeño, toda mi ilusión y todo el saber de la gente que me rodea para conseguir parar las cosas. Que este tren salga de vía muerta y eche a andar.
