El accidente el pasado domingo –10 de marzo– de un avión de Ethiopian Airlines en las cercanías de Adís Abeba, en el que murieron 157 personas, dos de ellas españolas, se ha colado en los ejercicios espirituales que el papa Francisco y los cardenales y obispos de la Curia romana realizan hasta el próximo viernes en una casa de retiro situada en Ariccia, una localidad a las afueras de la capital italiana.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, envió este lunes, 11 de marzo, un telegrama de pésame en nombre del Pontífice en el que asegura que este “ofrece oraciones por los fallecidos de varios países y encomienda sus almas a la misericordia de Dios Todopoderoso”.
Después de ser informado “con tristeza” de la noticia del desastre aéreo, Jorge Mario Bergoglio manifiesta sus “sentidas condolencias” a los familiares y amigos de las víctimas de este incidente, invocando sobre ellos “divinas bendiciones de consuelo y fuerza”.
La tragedia del avión de Ethiopian Airlines, que tenía como destino Nairobi, donde estaba programada una conferencia de Naciones Unidas sobre el medioambiente entre los días 11 y 15 de marzo, deja muertos de más de 20 nacionalidades diferentes. Muchos de ellos trabajaban para la ONU o formaban parte de ONG que iban a estar presentes en el simposio convocado en la capital de Kenya.
Al menos 19 miembros de alguna de la agencias de Naciones Unidas perdieron la vida en el desastre aéreo ocurrido en las cercanías de Adís Abeba, según dijo en un comunicado en Ginebra el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Antonio Vitorino.
Entre los cooperantes fallecidos está la española Pilar Martínez Docampo, de 32 años y vecina de la localidad gallega de Cangas do Morrazo, que trabajaba en una ONG presente en Etiopía. Muchos otros fallecidos se dedicaban igualmente a la cooperación internacional.