Vaticano

¿Quién es Bernardo Francesco Maria Gianni, el predicador de los Ejercicios Espirituales del Papa?

  • El monje benedictino de 51 años es el abad del monasterio de San Miniato al Monte de Florencia
  • Muy activo en las redes sociales, ha compartido en Facebook, Twitter e Instagram el inicio del retiro





Como cada Cuaresma, llega la semana de Ejercicios Espirituales de la Curia Romana. En la tarde de ayer, 10 de marzo, el papa Francisco llegaba a la Casa del Divino Maestro en Ariccia, a las afueras de Roma, para comenzar el retiro que concluirá el viernes 15 de marzo. Las meditaciones de este 2019 son propuestas por el abad de San Miniato al Monte (Florencia), Bernardo Francesco Maria Gianni (Florencia, 1968), y versan en torno a ‘La ciudad de ardientes deseos. Pascua: miradas y gestos en la vida del mundo’.

El monasterio de San Miniato al Monte es hoy un punto de referencia espiritual y cultural para la ciudad de Florencia. Y con Gianni ha comenzado la renovación de la comunidad y la apertura a la ciudad, desde que abriera las puertas de la abadía para visitas periódicas y numerosas iniciativas.

¿Quién es este monje benedictino? Responde él mismo en una entrevista a L’Osservatore Romano. “Pasé mis años de escuela secundaria y universidad lejos de la Iglesia. Luego, en la noche de Navidad de 1992, tuve la gracia de una verdadera conversión y vocación en la iglesia de los benedictinos de Rosano. Allí mismo fui invitado por la belleza, la profundidad y la intensidad de la liturgia del misterio de la Navidad. Esa celebración cambió radicalmente mi vida y me hizo redescubrir el sabor de la experiencia benedictina”, indica.

Tanto cambió su vida que pensó, “de inmediato”, en la posibilidad de convertirse en monje, es decir, “dedicar toda mi vida a buscar los rastros del Señor que encontré esa noche: finalmente los encontré en mi camino. Me uní a los benedictinos de Olivetan porque esa noche había un monje de la abadía de San Miniato al Monte. Unos días después, llamé a las puertas de la abadía benedictina de Olivetan”.

Tres años después de convertirse en abad, ha recibido una importante llamada: la del papa Francisco para encargarle las meditaciones de sus Ejercicios Espirituales. “Recibí la noticia con una inmensa inquietud, gran incredulidad y gratitud hacia el Señor y hacia el Papa”, explica. El monje confiesa que tuvo “una profunda sensación de no ser apto” para tal encargo. Sin embargo, “me puse a su disposición, porque me sentí llamado, pero le mencioné que yo no tengo el perfil académico, eclesiástico o teológico para justificar esa invitación”. Unas dudas que el Papa quizo resolver rápido: “Me respondió que esta es una buena premisa para hacer bien los ejercicios”.

El monje es un entregado a las redes sociales. De hecho, ha compartido con sus seguidores el comienzo del retiro en Instagram, Facebook y Twitter. Además, es un hombre de gran cultura y de profunda espiritualidad. Gianni ha escogido un poema de Mario Luzi para introducir el ciclo de ejercicios, donde estará muy presente también ‘Evangelii gaudium’.

“Lo elegí porque con la poesía expresaba muy bien el tema sobre el que podía poner a disposición mi alma y la competencia de mi vida monástica, es decir, la mirada a la ciudad que permite la Basílica de San Miniato al Monte”, señala. Y es que “es similar a la mirada con la que Jesús mira a Jerusalén. No es casualidad que en la fachada de la basílica se encuentre el rostro de Cristo que bendice toda Florencia. Estamos convencidos de que durante 1.000 años nuestra presencia benedictina ha servido para hacer que esa apariencia se vea viva, reconocible, perceptible y deseable”, recalca.

Asimismo, señala que “la poesía de Luzi tiene el gran mérito de haber interpretado todo esto, hablando de la memoria, de la esperanza, del fuego de los antiguos santos. Por supuesto, existe el riesgo de que el fuego disminuya con el tiempo, pero con la fuerza del Espíritu se puede reactivar. Este es el sentido de la imagen de los deseos ardientes: intenta dar continuidad al gran sueño de Giorgi La Pira –ex alcalde de Florencia–. Ese fue el sueño con el que imaginó a Florencia como una nueva Jerusalén, una ciudad llena de bellezas teológicas capaces de atraer a todas las naciones para un proyecto de paz y justicia”.

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