A través de una declaración conjunta, el Presidente de Migración de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos (USCCB) y el Presidente de Catholic Relief Services (CRS) respaldaron la postura de los obispos de la frontera de Texas y México sobre la reciente política de asilo del gobierno de los Estados Unidos.
El obispo Joe Vásquez, presidente del Comité de Migración, y Sean Callahan, CEO de CRS, manifestaron su oposición a la política del gobierno del presidente Donald Trump que exige que los solicitantes de asilo permanezcan en México mientras esperan acceder a la protección en los Estados Unidos.
“Instamos a la administración a revertir esta política, que aumenta innecesariamente el sufrimiento de los más vulnerables y viola los protocolos internacionales”, dicen.
Tras recordar que toda persona tiene derecho a buscar asilo, Vásquez y Callahan aseguraron que, en este sentido es preocupante constatar los esfuerzos recientes del gobierno norteamericano para reducir y disuadir dicho derecho.
“Debemos mirar más allá de nuestras fronteras: las familias están escapando de la violencia extrema y la pobreza en el hogar, y huyen por sus vidas. Nuestro personal y socios en América Central son testigos del sufrimiento y luchan contra él”, señalaron.
En este sentido, pidieron al gobierno adoptar políticas y proporcionar más fondos que aborden las causas fundamentales de la migración y “promuevan la dignidad humana y los medios de vida sostenibles”.
“Al igual que los obispos de la frontera de Texas y México, nos comprometemos nuevamente con el llamado del papa Francisco para dar la bienvenida, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes en Cristo”, concluye la declaración.
El pasado 4 de marzo, los obispos de la frontera de Texas y México se reunieron para analizar la crisis humanitaria que ha generado la migración masiva centroamericana hacia los Estados Unidos.
Entre los 14 obispos firmantes de la declaratoria se encuentran: Gustavo García-Siller, arzobispo de San Antonio; Mark J. Seitz, obispo de El Paso; Michael Boulette, obispo Auxiliar de San Antonio; José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez; Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de Matamoros y Francisco Raul Villalobos Padilla, obispo emérito de Saltillo.
En el documento, los obispos explican su total desacuerdo con la política del gobierno de los Estados Unidos de enviar a México a los migrantes que esperan su turno para presentarse ante un juez estadounidense quien decidirá si reciben, o no, el asilo. Añaden que se oponen por tres razones; la primera es que se obligará a México a organizar campamentos para decenas de miles de refugiados, minando efectivamente así su derecho de buscar asilo en los Estados Unidos, y privándolos del apoyo de familiares en suelo estadounidense.
El segundo motivo por el que se oponen es porque “prácticamente se les pondrá fuera de su alcance ejercer su derecho de procurar representación legal en su proceso ante la corte” y tercero, porque ello creará -dicen- una situación en la que muchos inmigrantes y refugiados ya no buscarán el proceso legal por los puertos de entrada establecidos, sino intentarán ingresar a Estados Unidos por lugares de alto riesgo para evitar las autoridades.