Problemas por la propiedad de la tierra, cultivos ilícitos, bandas criminales, amenazas y muerte de líderes sociales forman parte del día a día de los habitantes del departamento del Cauca –en el Pacífico colombiano– que cada vez están sometidos a un estado permanente de zozobra por los altos índices de violencia. Por tales razones Carlos Alberto Correa Martínez, vicario apostólico de Guapi, Oscar Augusto Múnera Ochoa, vicario apostólico de Tierradentro y Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Popayán, han hecho público un comunicado sobre la situación social en este territorio.
“Nos une la responsabilidad en la búsqueda de soluciones orientadas al bien común”, han dicho los prelados y han dirigido un mensaje a las entidades del Estado, a los indígenas, afrodescendientes, campesinos, la academia, los dirigentes, los medios de comunicación, las organizaciones sociales, para aportar a una reflexión que “nos permita avanzar en nuestra construcción como pueblo reconciliado y en paz”.
La paz es un tema insoslayable, por lo cual debe ser un esfuerzo que se construye diariamente. Recordando las palabras del evangelista Mateo han subrayado: “bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” en alusión a la necesidad de no desfallecer en la construcción de la reconciliación.
En este sentido han recordado las palabras del papa Francisco durante su visita en Villavicencio, cuando momento expresó que “todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso”, porque es un imperativo lograr la reconciliación si se aspira a vivir en paz.
En un claro llamado a practicar la tolerancia, los obispos del Cauca han manifestado que se “requiere confiar en el otro, la desconfianza nos lleva muchas veces a la enemistad. Pero la confianza requiere signos estables de sinceridad y una gran capacidad de diálogo. Una y otra vez debemos tomar la iniciativa para el diálogo”.
“Sabemos que los conflictos sociales cuando son asumidos conscientemente por los diversos actores, llevan al desarrollo de la unidad; y esto permite que todos convivamos sin pretender eliminar o hacer daño al que piensa distinto”, han acotado.
En una radiografía social de la situación del Cauca, los prelados han determinado que hay problemas que requieren de respuestas inmediatas como también hay situaciones en las que la concertación y trabajo con visión de futuro son necesarios, por tanto “en la medida en que hagamos en el Departamento del Cauca un camino social y un proceso comunitario incluyente, invitando e involucrando al mayor número de personas, podremos superar la tentación de la dominación y la del inmediatismo”.
“El camino se hace más fructífero, cuando estamos abiertos para recibir los aportes de todos, y cuando nos ponemos metas a largo plazo buscando el bien de todos los habitantes del Cauca”, han afirmado.
Finalmente en la escucha y el respeto mutuos está la clave para avanzar por los caminos del desarrollo humano integral, al tiempo que han asegurado que “como Iglesia Pueblo de Dios, continuaremos ofreciendo nuestro acompañamiento, por medio de los sacerdotes en todo el territorio caucano, para discernir las propuestas de la actual minga indígena, buscando que, con la participación de todas las fuerzas sociales, podamos construir escenarios de conciliación y trabajo, que respondan eficazmente a los desafíos de la realidad del departamento del Cauca”.
Foto: Revista Semana