Fue en la Asamblea Plenaria de primavera de 2018. Los obispos trabajaban para adecuar la realidad de los seminarios a la ‘Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis’, aprobada por la Congregación para el Clero en 2016, y se repartió un informe con el número de seminaristas en España y su evolución en los últimos años. De los 1.263 del curso 2017-2018, 236 se estaban formando en los 13 seminarios Redemptoris Mater que había en las diócesis. Es decir, el 18,2% de los seminaristas eran del Camino Neocatecumenal. “Ese porcentaje llamó la atención de los obispos”, señala uno de ellos a Vida Nueva.
Con los datos actualizados para el Día del Seminario –que se celebra, según la diócesis, hoy, 17, y el 19 de marzo bajo el lema ‘El seminario, misión de todos’–, ese porcentaje sube al 20%, pues mientras el total de seminaristas desciende hasta los 1.203, el de los neocatecumenales sube a 241, ahora en 15 diócesis. “Hay obispos reticentes ante este hecho porque se cuestiona que se impliquen en la vida de la diócesis, aunque otros están muy satisfechos con tener uno de estos seminarios, sobre todo los que tienen pocas vocaciones”, añade este pastor. La preocupación llega hasta la Congregación para el Clero, que no acaba de tener claro cómo pueden encajar estos centros en el proceso de reordenación de los seminarios que se está estudiando en España.
¿Poco integrados en las diócesis?
“Los seminarios neocatecumenales deberían integrarse más en la vida de las diócesis en las que están”, señala un rector de un seminario a esta revista. “La ‘Ratio’ les plantea serias dificultades, puesto que el seminario tiene que ser creado por el obispo de la diócesis y esos sacerdotes han de integrarse en ella. Sin embargo, los Redemptoris Mater son religiosos, tienen una formación peculiar y una clave misionera que es incompatible con la vida diocesana. Y es que sus sacerdotes son itinerantes: van a estar un tiempo en la diócesis, pero luego serán enviados a otro destino que decida el Camino Neocatecumenal”.
Con todo, este rector asegura que “los Redemptoirs Mater no tienen vuelta atrás, seguirán existiendo. Para las diócesis sin vocaciones, son más los pros que los contras. Y resuelven un gran problema al dotar a los centros teológicos de diócesis y archidiócesis de un número suficiente de alumnos, un gran respiro para que puedan seguir existiendo. Además, la relación con sus rectores es fluida y cordial, y participan de las actividades con todos los demás. Pero lo que se les pide es que haya una mayor complicidad con las diócesis. ¿Por qué son muchos los obispos que no los quieren? Porque, al final, quien acaba mandando en el Redemptoris Mater es el responsable del Camino”.