Ocho obispos han sido llamados a declarar ante el Fiscal en el momento que se conoce un nuevo caso de abuso en Santiago, y cuyo denunciante apunta al cardenal Ezzati como encubridor
“Yo estoy dispuesto, ahora y siempre, a declarar lo que la justicia quiera investigar”, aseguró el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, entrevistado en televisión, aclarando respecto a su anterior silencio ante el Fiscal cuando fue citado.
Por su parte, el fiscal Emiliano Arias consultado por la difusión de una denuncia por violación en la catedral de Santiago, afirmó que el cardenal nunca dio la orden de investigar el caso. “Hay incumplimientos graves y groseros del señor Ezzati, tales como una violación en la Catedral de Santiago cuando él era obispo, y que tampoco se investigó”, dijo Arias. Agregó que “Ezzati no ha prestado ningún tipo de cooperación”, manteniendo su distancia de estos hechos sea acogiéndose a su derecho a guardar silencio en los casos de abuso sexual cometidos por los sacerdotes Jorge Laplagne y Oscar Muñoz Toledo, o desconociendo las recientes acusaciones de encubrimiento de la denuncia contra el sacerdote Tito Rivera por violación de un hombre adulto en recintos anexos a la catedral.
La Fiscalía ha citado a 8 obispos a declarar, algunos como imputados y otros como testigo. De ellos ya 4 lo hicieron esta semana: los auxiliares de Santiago Galo Fernández, administrador apostólico en Talca, y Fernando Ramos, con igual cargo en Rancagua además de secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile; también declaró el arzobispo de Concepción Fernando Chomalí y, como imputado, el obispo de Arica Moisés Atischa quien se acogió a su derecho a mantener silencio.
A todos ellos se les acusa de encubrimiento. Lo mismo que al cardenal Ricardo Ezzati respecto al caso ocurrido en la catedral el año 2015 y que el Fiscal Emiliano Arias, quien lleva todos los procesos de sacerdotes y consagrados, ha afirmado que lo han conocido por las carpetas incautadas en los allanamientos a recintos eclesiásticos. Una de esas carpetas contiene el proceso seguido al padre Tito Rivera que concluyó en 2018 con la prohibición por 10 años de ejercicio del ministerio sacerdotal. Ezzati niega conocer al denunciante y la ocurrencia de los hechos que le imputa. Entrevistado en televisión, el sacerdote Rivera reconoció conductas homosexuales, tuvo expresiones ofensivas a las víctimas y anunció que solicitaría su dimisión del sacerdocio.
El Arzobispado de Santiago, al día siguiente, emitió una declaración en la que expresan que “con fecha de hoy, jueves 14 de marzo de 2019, el Arzobispo de Santiago ha enviado a la Santa Sede la solicitud de dimisión del ministerio del presbítero (Rivera), sugiriendo al Santo Padre que se tramite con celeridad”. El Fiscal Arias, por su parte, anuncia la formalización de Rivera en audiencia judicial fijada para fines de marzo.
Paralelamente, en la Fiscalía de Rancagua, donde tiene su sede el Fiscal Emiliano Arias, declaraban los primeros cuatro obispos citados. Galo Fernández, declaró el primer día. Le siguió al día siguiente el obispo Fernando Ramos quien, después de 10 horas de declaraciones en dos días, precisó a la prensa que fue interrogado por casos ocurridos en Santiago y Rancagua. “Respondí con toda la información que tenía y conocía para que la fiscalía pudiese conocer los antecedentes de que yo disponía”, dijo al retirarse del recinto.
Por su parte, el arzobispo Fernando Chomalí, vestido con ropa deportiva, al salir de la Fiscalía dijo a los periodistas: “Le dije que tenemos un compromiso claro, solemne, de buscar la verdad. Que distinguimos claramente lo que es un pecado a qué es un delito, y los delitos tienen que ser investigados y nosotros vamos a colaborar en cada uno de los casos que ellos nos requieran, cosa que el fiscal agradeció”, declaró. Al mismo tiempo, el obispo Moisés Atisha se presentó en calidad de imputado por su rol en la oficina pastoral de denuncias del Arzobispado de Santiago entre 2013 y 2014, en el marco de un posible encubrimiento de casos, quien se acogió a su derecho de permanecer en silencio.
La información conocida hasta ahora señala que aún deben presentarse a declarar el arzobispo emérito de Puerto Montt, Cristián Caro; el obispo de Linares, Tomislav Koljatic; y los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz. En estos mismos días se han conocido dos comunicados de Obispados dando a conocer la situación de sacerdotes de esas diócesis acusados por abuso. El obispado de Chillán informó que investigaciones realizadas por denuncias a cinco sacerdotes han concluido con la dimisión del estado clerical de uno de ellos y sanciones a los otros cuatro. Por su parte el Obispado de Melipilla informó haber entregado a la Fiscalía los antecedentes de una reiterada denuncia reciente contra un sacerdote de esa diócesis y además capellán castrense.
También en estos días el Juzgado de Garantía de Santiago rechazó la solicitud del cardenal Ezzati de sobreseer la investigación por encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por Óscar Muñoz, ex canciller del arzobispado, donde está imputado. El juez Eduardo Gallardo rechazó la solicitud de la defensa del arzobispo de Santiago, y dio visto bueno para la continuidad de la investigación que lleva el fiscal Emiliano Arias quien, al conocer este fallo, expresó: “esta audiencia altera un poco el estado normal de las cosas. Lo que se pretende acá -con la solicitud de la defensa de Ezzati- es no ser investigado, eso es impresentable. Él puede ser investigado igual que todos los chilenos“, señaló. Días intensos, que continuarán, para los obispos chilenos en medio de esta compleja crisis que afecta al clero y conmociona a toda la Iglesia del país.