Entrevistas

Susana Raffalli: “La emergencia sanitaria por falta de agua puede ser tanto o más grave que la de no tener electricidad”

  • Desde 2011 trabaja con Cáritas Venezuela y gracias a su labor se implementó el proyecto SAMAN, el cual ha rescatado a más de 18.000 niños de la desnutrición
  • “Vienen horas muy sombrías en la que como Iglesia nos veremos obligados a reforzar los mecanismos de monitoreo”, ha advertido





A casi una semana del colapso eléctrico que dejó a oscuras por más de 100 horas a los venezolanos, la crisis en el país suramericano amenaza con agudizarse, esta vez con el suministro de agua. Así lo ha advertido Susana Raffalli, especialista de nutrición y emergencia humanitaria de Cáritas Venezuela, quien ha expresado: “Usen el agua como si la que tienen se les va a terminar. La emergencia sanitaria por falta de agua puede ser tanto o más grave que la de no tener electricidad”.

Raffalli tiene más de 20 años involucrada en el trabajo de ayuda humanitaria. Con Oxfam Internacional, una coalición de ONGs con presencia en 90 países, organizó el regreso de los damnificados desde los refugios a sus comunidades después del tsunami en Indonesia. Trabajó en emergencias de la Región Autónoma del Atlántico Norte en Nicaragua–infestada de ratas– Filipinas, Vietnam, Camboya, Tailandia, Indonesia y Birmania, donde escribió uno de los pocos programas de esa agencia sobre seguridad alimentaria.

Desde 2011 es asesora de Cáritas Venezuela. En el año 2016 diseñó e implementó el Sistema de monitoreo, alerta y atención en nutrición y salud (SAMAN), un proyecto que en poco tiempo se convirtió en la principal bandera de la Iglesia venezolana en materia de atención humanitaria, especialmente en las parroquias más pobres, a la fecha han atendido a más de 18 mil niños en estado de desnutrición. Vida nueva conversó con esta especialista para mirar las dimensiones de la crisis venezolana.

Credibilidad y rigor

PREGUNTA.- ¿Cuál es el balance que hace del trabajo en medio de esta emergencia humanitaria?

RESPUESTA.- “Son 18 mil niños que hemos evaluado, pudiera decirte que gracias al programa de Cáritas nos han permitido llegar hasta aquí. Hay 18 mil niños en Venezuela que les hemos dicho ‘mientras yo te esté aquí, no te vas a morir’, eso tiene un valor enorme, pero además del valor de darle seguridad y protección a un niño.

Hay dos cosas importantísimas que quisiera compartir, que va más de la recuperación de los niños en estado de desnutrición, es la credibilidad que ha ganado Cáritas, pues siempre vamos a la parroquia, al barrio, tengamos o no los complementos nutricionales, y eso es nutrición el solo hecho de acompañarlos en sus dolores y pesares, incluso es un tipo de nutrición aún más importante.

Un segundo aspecto es que ha permitido llevarle el pulso a la emergencia con mucho rigor, entonces no solo Cáritas, sino muchas organizaciones han podido visibilizar en muchos foros de incidencia pública a nivel mundial la situación social de Venezuela, porque es una información rigurosa, captada con libertad, con el ánimo de decir la verdad, las veces cuando se ha mejorado lo hemos dicho, las veces que no también, eso ha permitido hacer incidencia pública y movilizar recursos y bondades para que nos apoyen”.

“Hemos visto crecer la emergencia humanitaria”

P.- ¿Cuál es su concepto de emergencia humanitaria en Venezuela cuando el término ha causado dicotomías y posiciones encontradas incluso en organismos multinacionales?

R.- “Las emergencias humanitarias se definen en dos grandes ámbitos que son las dos grandes necesidades básicas como la alimentación y la salud. No podemos como Cáritas definir o no si es una emergencia sanitaria con una dimensión humanitaria como tal, porque no es nuestro ámbito de expertaje, pero en términos nutricionales definitivamente hemos estado en una situación de emergencia humanitaria y la hemos visto crecer.

Cuando Cáritas comenzó esto en el 2016, no llegábamos al 10% de niños con desnutrición aguda grave que es el umbral que te define en una población el inicio de una situación de crisis humanitaria, alcanzamos ese nivel de crisis en febrero de 2017 y en noviembre de ese mismo año subió el nivel de desnutrición aguda en niños pequeños hasta un 17 %. Esto representó un gran número de niños en riesgo de morir, entonces tienes que pedir ayuda y tienes que decir estoy en una emergencia”.

Llevar socorro emocional

P.- ¿Cómo debería tratarse el tema de la crisis humanitaria en el seno de la Iglesia?

R.- Lamentablemente en los últimos años la protección social por parte del Estado ha sido muy transaccional, yo te doy una caja tú votas por mí, te doy vacunación si tienes carné de la patria, entre muchos, con un Estado así, controlador, con una política de protección débil, desenfocada, seguirá agudizándose la crisis.  A esto se le suma lo de las sanciones que ha recibido, será entonces un Estado que además de corrupto, no tendrá capacidad para dispensar gasto público, creo que vienen horas muy sombrías en la que como iglesia nos veremos obligados a reforzar los mecanismos de monitoreo.

Con respecto a la ayuda humanitaria que se ha ofrecido a gran escala, te contestaré no como Susana de Cáritas, sino como Susana ciudadana, no porque me quiera desmarcar del trabajo de Cáritas, porque cuando veo desde afuera Cáritas, y cuando digo Cáritas me refiero a todo el trabajo de la Iglesia, todo esto me conmueve, porque en un momento cuando los políticos usan la ayuda humanitaria para hablar de una amenaza de desafiar al Estado que nos ha tenido controlados por más de 20 años, que tú te sientas empoderado para decirle apártate que necesito pasar con esto para salvar vidas, es precisamente porque estás anunciando algo grandioso.

Precisamente es ahí es donde Cáritas se crece, porque primero cuenta con dos elementos necesarios para manejar una emergencia como la de Venezuela, que ha sido de ritmo lento, que mata por desgaste, en la que no solo se lleva socorro, sino también socorro emocional, de integridad, un socorro de resistencia.  A mis ojos como agente humanitario, Cáritas no tiene nada que envidiarle a las agencias por las cuales he pasado. Además a eso le sumas que tienes lo pastoral”.

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