Francisco al Tribunal de Cuentas italiano: “La corrupción empobrece a todos porque elimina la confianza en el sistema”

“La corrupción es una de las heridas más lacerantes del tejido social, porque daña tanto desde un punto de vista ético como económico”, ha dicho el papa Francisco a los funcionarios del Tribunal de Cuentas italiano durante una audiencia celebrada hoy, 18 de marzo. Y es que la corrupción juega “con la ilusión de ganancias rápidas y fáciles”, pero en realidad “empobrece a todos, eliminando la confianza, la transparencia y la fiabilidad de todo el sistema”.

Además, Francisco ha subrayado que “la corrupción degrada la dignidad del individuo y destruye todos los ideales buenos y hermosos”, por lo que “la sociedad en su conjunto está llamada a comprometerse” para combatirla “en sus diversas formas”.

Por su parte, el Tribunal de Cuentas resulta “una herramienta válida” en la prevención de la corrupción, así como de la “ilegalidad y el abuso”, pero también para “indicar las herramientas para superar las ineficiencias”.

Transparencia y honestidad

Así, Francisco ha hecho un llamamiento a los administradores públicos, y ha señalado que su responsabilidad es “operar con transparencia y honestidad, favoreciendo la relación de confianza entre el ciudadano y las instituciones”, ya que la disolución de la misma supone “una de las manifestaciones más serias de la crisis de la democracia”.

Además, el Papa ha recordado que los bienes comunes constituyen “recursos que deben protegerse en beneficio de todos, especialmente de los más pobres”, por lo que, ante su uso de forma irresponsable, “el Estado debe realizar una función de supervisión indispensable y sancionar debidamente las conductas ilegales”.

El camino: seguir a Cristo

Francisco ha invitado a los presentes, además, a vivir el tiempo de Cuaresma como una “oportunidad para fijar su mirada profundamente en Cristo, maestro y testigo de la verdad y la justicia”, ya que su palabra es “una fuente inagotable de inspiración para todos aquellos que se dedican al servicio del bien común”.

“Jesucristo nos exhorta a enfrentar abiertamente al mal e ir a la raíz de los problemas”, ha dicho el Papa, “nos enseña a afrontarnos en persona en esta lucha, no por la búsqueda de un heroísmo poco realista ni por un protagonismo mal disimulado”, sino por la humilde tenacidad “de quienes realizan su trabajo, a menudo ocultos, resistiendo las presiones que el mundo no deja de ejercer”.