María José Díez: “Contra los abusos hay que aplicar criterios profesionales”

María José Díez, psicóloga responsable de Protección de Menores de la diócesis de Astorga

Desde febrero, Mª José Díez (Bembibre, León, 1975) tiene el importante cometido de ser una delegada episcopal pionera en España. El Obispado de Astorga presentó la Delegación para la Protección de Menores y Acompañamiento a las Víctimas justo un día antes de la cumbre antiabusos del Vaticano, una cita que ella ha seguido con interés personal y profesional. En conversación con Vida Nueva, esta madre de dos hijos, psicóloga de profesión y cofrade de corazón (fundó la Cofradía de las Damas de la Virgen de la Piedad, integrada exclusivamente por mujeres), que siempre ha estado vinculada a la vida diocesana, asegura que se siente “con la ilusión de quien inicia un nuevo proyecto, más cuando el trabajo de la Delegación esperamos que va a ayudar a muchas personas”.

PREGUNTA.- ¿Siente la responsabilidad de llevar una Delegación única y pionera en España?

RESPUESTA.- Más bien, la asumo con mucho gusto y sin miedo. Lo fundamental es realizar acciones concretas que nos permitan cumplir nuestro cometido: asesorar y acompañar a las víctimas, recoger nuevas denuncias, visibilizar y sensibilizar, prevenir… Tenemos mucho trabajo por delante y, si lo hacemos bien, podemos ser un modelo a seguir, aunque esa no sea nuestra motivación.

P.- ¿Por dónde están empezando a organizar las tareas?

R.- El servicio de atención está en marcha desde que se presentó la Delegación, a través del correo proteccionmenores@diocesisastorga.es, y ya estamos teniendo reuniones para preparar jornadas de formación en coordinación con otras delegaciones (Catequesis, Educación, Pastoral Juvenil y Vocacional). Estoy visitando los colegios diocesanos para trabajar con el profesorado y el personal sobre un protocolo de prevención y actuación; y también se iniciará el trabajo en los seminarios Menor y Mayor.

P.- ¿Con qué dos ideas se queda de la reciente cumbre antiabusos en el Vaticano?

R.- El discurso del papa Francisco, al final del encuentro, es un manual de buenas prácticas que toca todos los temas relacionados con este grave problema. Me quedo con que tenemos que realizar acciones concretas en estos ámbitos con una actitud proactiva y aplicando criterios profesionales. Y también con que la Iglesia tiene que liderar la lucha contra el maltrato y el abuso infantil en cualquiera de sus formas, igual que lo ha hecho con otros dramas humanos.

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