En su última Plenaria, la Conferencia Episcopal de Polonia ha hecho público un informe en el que evalúan cómo ha afectado la crisis de la pederastia eclesial en su seno. Según los datos dados a conocer gracias a la información recopilada en 10.000 comunidades de todo el país, desde 1990 hasta hoy, se han registrado 625 casos de abusos que involucrarían a un total de 382 sacerdotes (284 diocesanos y 98 ligados a congregaciones).
De los 382 sacerdotes acusados, se inició un proceso penal canónico a 362 de ellos, desconociéndose la situación de los 20 restantes por falta de documentación. De todos los casos que se pusieron en marcha, solo en 92 el proceso continúa aún abierto. De los encontrados finalmente culpables, 68 sacerdotes fueron apartados definitivamente del sacerdocio, 109 recibieron una suspensión temporal y 31 tuvieron que hacer frente a sanciones menores, entre las que estarían traslados a otras comunidades. Solo en 28 casos el pastor fue finalmente absuelto. Un dato especialmente relevante es que, de todos ellos, fueron 169 (menos de la mitad) los sacerdotes que, a su vez, fueron acusados ante las autoridades civiles.
En su presentación a los medios, Stanislaw Gadecki, presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, consideró que lo conocido en este informe es una “tragedia” para el conjunto de la Iglesia polaca, pues la sociedad había depositado una “confianza” en sus pastores y esta ha sido “trágicamente violada”.
Más controvertidas han sido las declaraciones del arzobispo Marek Jedraszewski, su vicepresidente en el Episcopado, que ha criticado el lema “tolerancia cero” contra los abusos, por considerarla una expresión “totalitaria”.
“El nazismo –según Jedraszewski– aplicó la tolerancia cero a los judíos y aquello acabó en el Holocausto. Los bolcheviques aplicaron la tolerancia cero a los enemigos del pueblo, provocando otra masacre. Debemos ser inmaculadamente firmes ante el mal, pero también exhortar a la conversión, a la penitencia y a tratar con piedad a los culpables”.
La asociación de víctimas No Tengáis Miedo ha rechazado el informe, tachándolo de “tardío” y “decepcionante”, al entender que obvia que (según su propio estudio) 25 obispos polacos han encubierto abusos en estas tres décadas, por lo que consideran que su respuesta es una “burla”. De hecho, lamentan que, en sus cinco años de vida, ningún prelado se ha reunido con ellos.
Todo lo contrario que el papa Francisco, que días atrás se reunió en una audiencia privada con el presidente de No Tengáis Miedo, Marek Lisinski, que le hizo entrega del informe de la entidad. Bergoglio le pidió perdón y le besó la mano.
A la vuelta de Roma, Lisinski explicó a los medios el drama al que se enfrentan: “En países como Irlanda, estos abusos se han afrontado, la Iglesia ha pedido perdón, la sociedad ha condenado sin resquemores. Nosotros, en Polonia, vivimos una situación dramática. Hay miembros del clero que han llegado a decir que son los niños los que provocan a los curas pederastas; conseguir un resarcimiento económico es prácticamente imposible y los archivos que hay sobre el tema aún no han sido abiertos”.
En este sentido, una situación llamativa se dio a mediados de febrero, cuando Jolanta Olech, que fuera secretaria general de la Conferencia de Religiosos de Polonia, denunció en una entrevista la existencia de abusos sexuales a las religiosas en su país. Según The Tablet, días después,varios obispos se dirigieron a ella “indignados”, advirtiéndole que “evite hacer más declaraciones públicas”.