Colombia

Obispo de Caldas se planta en contra de la violencia de grupos ilegales

  • Tras las amenazas de muerte que recibió Raúl Mejía Valencia, párroco de San Antonio de Padua, ha ordenado su inmediato traslado para proteger su integridad física
  • La Iglesia local repudió no solo las amenazas contra del sacerdote, “sino de todos los habitantes del occidente cercano de Antioquia, que sufren tan lamentable flagelo”





La situación de violencia crece en el departamento de Antioquia, en Colombia, al punto que grupos ilegales, específicamente en la parroquia de San Antonio de Padua, ubicada en el municipio de Armenia Mantequilla, han amenazado de muerte al sacerdote Raúl Mejía Valencia, lo que generó el repudio por parte de César Alcides Balbín Tamayo, obispo de Caldas, ordenando el inmediato traslado del presbítero para salvaguardar su vida.

El prelado, junto con Carlos Manuel Arenas Henao, canciller de la diócesis, a través de un comunicado público,  repudiaron las amenazas contra la vida, la integridad y los bienes, no solo del párroco Mejía Valencia, “sino de todos los habitantes del occidente cercano de Antioquia, que sufren tan lamentable flagelo”.

Comunidad sin pastor

Es un hecho que las autoridades competentes han corroborado –afirmaron– por lo que lamentan las amenazas contra el sacerdote, situación que ha dejado “desprovista a la comunidad de su pastor, hasta que cambien las condiciones y se pueda proveer el oficio vacante”.

Al mismo tiempo hacen un llamado de atención a las autoridades municipales, departamentales y nacionales, para que por medio de su presencia efectiva, en esta región y en todo el país, “los hombres y mujeres de bien puedan vivir y trabajar en verdadera paz y concordia”.

Una clara opción por la vida

Asimismo, a propósito de la próxima celebración de la Semana Santa, han hecho una invitación a todos los ciudadanos a una profunda reflexión, porque “cuando se abandona la ley de Dios, ley de amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil” en alusión al recrudecimiento de la violencia en la zona, por ello piden que “sean el respeto, el diálogo y el acercamiento, los que marquen las pautas del diario vivir”.

Finalmente han hecho votos para que todos: niños, jóvenes y adultos, hagan “una clara opción por la vida y el respeto del otro como imagen y semejanza de Dios, incluso a pesar de las diferencias” en un ejercicio de tolerancia, pues como bien aseguran, “en la esperanza de que acontecimientos tan lamentables nunca vuelvan a suceder en nuestro territorio diocesano, podamos caminar como verdaderos miembros y hermanos de familia humana”.

Foto: AFP

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