Giuseppe Versaldi, cardenal prefecto para la Congregación de la Educación Católica, ha analizado hoy, 22 de marzo, la constitución del papa Francisco en relación con el derecho canónico en la Universidad San Dámaso. El purpurado ha acudido a Madrid con motivo de la festividad de San Raimundo de Peñafort, y ha impartido una conferencia titulada “La Constitución ‘Veritatis gaudium’ para la renovación de las universidades y facultades eclesiásticas: consecuencia en el campo del derecho canónico”.
Durante el acto, Versaldi ha subrayado la necesidad de diferenciar “los roles y competencias de las personas llamadas al servicio del pueblo de Dios”, para lo cual “el Papa invita a las facultades de Derecho Canónico y a sus Instituciones a prestar cursos y profesores para la formación de las personas, incluso fuera de los cursos académicos tradicionales, en colaboración con las Iglesias locales”.
Asimismo, ha apuntado que el propósito de Francisco no es, por ejemplo, el de convertir el proceso de examinación de los casos de nulidad matrimonial, “que deben siempre conseguir la finalidad de la verdad y la justicia” en algo “superficial”. El Papa pretende, más bien, “hacer más accesible la posibilidad de recurrir a la justicia de la Iglesia por parte de personas con dificultades en su matrimonio, agilizando las estructuras”, para lo cual es fundamental aumentar “el personal cualificado para ayudarlos”.
“La promulgación de la Constitución ‘Veritatis gaudium’ por parte del papa Francisco marca ciertamente un paso importante para la renovación y el relanzamiento de las universidades y facultades eclesiásticas de la Iglesia”, ha afirmado Versaldi, quien ha remarcado además que, con este documento, el Papa “quiere intervenir directamente en el campo específico de los estudios eclesiásticos para que también ellos participen en la llamada conversión pastoral y misionera de la entera Iglesia”. Además, ha añadido que los centros académicos son “laboratorio cultural donde se produce aquel diálogo entre la fe y la razón que permite la inculturación de la fe y de la evangelización de las culturas”.
Por otra parte, el purpurado ha concluido que “actualizar el mensaje del Evangelio en el concreto de la vida de cada día y en los diferentes estados de la vida cristiana, es un servicio esencial que el Derecho Canónico puede brindar cuando está animado por el principio de la caridad y la justicia según la verdad”. De la misma manera, ha destacado que “esta capacidad de la ciencia canónica de renovarse no terminó con el Concilio Vaticano II, pero, como entonces, también hoy tiene que trabajar para seguir la renovación deseada por el Papa Francisco para la conversión misionera de toda la Iglesia en respuesta a los nuevos desafíos del mundo de hoy”.