Capuchino de origen vasco, es trasladado desde Copiapó para asumir la arquidiócesis en momentos que la Fiscalía negó a Ezzati el sobreseimiento y quedó como imputado en causas por encubrimiento de abusos.
La Nunciatura Apostólica anunció hoy que el Papa Francisco aceptó la renuncia del salesiano Ricardo Ezzati al arzobispado de Santiago y nombró Administrador Apostólico, sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis, de esa arquidiócesis a Celestino Aós Braco, O.F.M. Cap., transfiriéndolo de la diócesis de Copiapó.
“Esto me toma por sorpresa y como una misión de Dios para su Iglesia”, expresó Aós al diario La Tercera. “Esta misión la asumo con tranquilidad, con alegría en Dios y con la fe de que él me ayudará a desempeñarla” agregó.
Vasco, sicólogo y párroco en Chile
Aós nació en 1945 en Artaiz, Navarra (España). Ingresó como aspirante en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en su tierra natal y entre 1960 y 1963 estudió filosofía en Zaragoza. En 1963 ingresó al noviciado de Sanguesa, realizando en agosto de 1964 la primera profesión religiosa. Entre 1964 y 1968 completó los estudios teológicos en Pamplona, donde el 16 de septiembre de 1967 hizo su profesión perpetua.
El 30 de marzo de 1968 fue ordenado sacerdote asumiendo como educador y profesor en Lecaroz y vicario en Tudela (Navarra). Entre 1972 y 1980 hizo cursos de especialización en la Universidad de Zaragoza y después en la Universidad de Barcelona, donde obtuvo la Licenciatura en Psicología. En 1983 fue destinado a la Provincia de Chile donde se desempeñó como vicario parroquial y en 1985 fue elegido Superior de la comunidad capuchina de la diócesis de Santa María de los Ángeles.
En 1995 fue nombrado párroco en Viña del Mar, en la diócesis de Valparaíso donde ejerció el cargo de vicario episcopal para los institutos femeninos de vida consagrada y fue miembro del Consejo Episcopal.
Ha sido tesorero de la Asociación Chilena de Derecho canónico; promotor de justicia en el tribunal eclesiástico de Valparaíso; psicólogo y juez en el tribunal eclesiástico interdiocesano de Concepción; miembro de tribunales especiales para estudiar procesos históricos en causas para beatificación y canonización, entre ellos le correspondió estudiar el milagro para la canonización del jesuita Alberto Hurtado.
El 25 de julio de 2014 el papa Francisco lo nombró Obispo de la diócesis de Copiapó. Fue consagrado el 18 de octubre de 2014, fecha en la que tomó posesión de esa diócesis.
En la Conferencia Episcopal integra la Comisión Episcopal de Relaciones con la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile (CONFERRE) y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Presbiteral, en el área Agentes Evangelizadores.
9 diócesis intervenidas
En Chile hay 27 jurisdicciones eclesiásticas de las cuales ahora son 9 las que están a cargo de administradores apostólicos. Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, es decir, sin su obispo o arzobispo residencial. En estos casos, se trata de nombramientos para sedes vacantes “a voluntad de la Santa Sede” (ad nutum Sanctae Sedis) y hasta que el Papa provea un nuevo obispo para el gobierno pastoral.
El administrador apostólico goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico.
Las 9 jurisdicciones eclesiásticas en situación de sede vacante y a cargo de administradores apostólicos son: San Felipe, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Chillán, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
Este nombramiento ocurre cuando ha transcurrido casi un año desde que el Papa Francisco escribió una carta a los obispos chilenos, al conocer el informe del Arzobispo Charles Scicluna, enviado en misión especial para conocer la situación de abusos en esta iglesia. Allí les dice que “tras una lectura pausada de las actas de dicha ‘misión especial’, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas, hablan de modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
Ezzati imputado ante Fiscalía
Con esos sentimientos, el Papa convoca a todos los obispos a reunirse con él en Roma, lo que tuvo lugar a mediados de mayo pasado, ocasión en la que todo el episcopado chileno dejó su renuncia en manos de Francisco.
Ezzati, por su parte, tenía acusaciones judiciales por encubrimiento hechas por los denunciantes de Fernando Karadima. Se agregaron, posteriormente, las hechas por la misma Fiscalía en base a los documentos incautados en los allanamientos realizados al Arzobispado de Santiago y a su Tribunal Eclesiástico.
La defensa de Ezzati recurrió a la Justicia pidiendo su sobreseimiento lo que le fue denegado, precisamente en estos días. Ahora queda como imputado y deberá afrontar el proceso judicial.
Este cambio en la principal diócesis de Chile renueva las expectativas a la intervención pontificia en la iglesia del país, ya que el Papa había planteado la necesidad de tomar medidas a corto, mediano y largo plazo para renovarla.