Celestino Aós promete “reformas y cambios profundos” para acabar con los abusos en su primera misa en Santiago de Chile

“Los abusos son injustificables e intolerables”. Con estas palabras se presentó ayer, 24 de marzo, el administrador apostólico de Santiago de Chile, Celestino Aós, en su primera misa en la catedral, solo un día después de oficializarse su nombramiento y la salida del cardenal Ezzati. En el mismo sentido, recordó que el “maltrato y el abuso siempre lesionan, disminuyen la vitalidad e impiden que las personas florezcan y den frutos tal como Jesús quiere”.

“De modo especial atenderemos y serviremos a los que sufren atropello a su dignidad de persona, resultado de abusos y delitos. No bastan retoques de maquillaje. Necesitamos reformas y cambios profundos, cambios que parten del corazón de cada uno de nosotros que tiene que buscar la verdad y la justicia para ser cada día más misericordioso”, dijo el capuchino y obispo de Copiapó (Chile).

En un claro mensaje a sus sacerdotes, les aconsejó que “en horas de turbulencia, desconcierto y turbación han sido llamados a no quedarse rumiando la desolación, a no caer en la duda, el miedo y desconfianza”. Y continuó: “Somos llamados a pasar de una Iglesia de abatidos, desolados, a una Iglesia servidora de tantos abatidos que conviven a nuestro lado.

Silvio Báez considera “excesivo” el plazo de 90 días para liberar a los presos políticos

Silvio Báez calificó de “excesivo” el plazo máximo de 90 días que acordó el Gobierno de Nicaragua con la oposición para liberar a los presos políticos. “Personalmente me parece demasiado tiempo”, señaló el obispo auxiliar de Managua ante los medios de comunicación al término de la misa dominical. El pasado 20 de marzo, los representantes del Gobierno y de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (oposición) acordaron en la mesa de negociación, con la que buscan superar la crisis que estalló en abril del año pasado, la liberación de los manifestantes críticos con el gobierno en un plazo no mayor de 90 días.

Báez instó a los nicaragüenses “a hacer presión” a la mesa de negociación para que los “presos políticos” pueden ir siendo “liberados absolutamente lo más pronto posible, ya, y todos”. Advirtió que si la ciudadanía se descuida sobre esa exigencia, “el tiempo se puede alargar”, como informa EFE. A su juicio, “el sufrimiento de los presos políticos es el sufrimiento de todos” y cada día que permanecen en prisión “es una herida que sangra en el corazón de Nicaragua”.

La lista de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) registra 647 detenidos, a los que identifica como “presos políticos”, según la Alianza Cívica, que por su lado manejan un total de 809, incluyendo 162 que han sido excarcelados desde el 27 de febrero y se encuentran bajo libertad condicional. Hasta ahora, el presidente Ortega reconoce 340 reos y los tilda de “terroristas”, “golpistas” y “delincuentes comunes”.

El Papa envía 150.000 euros para las víctimas del ciclón Idai

El Papa ha donado 150.000 euros para paliar el daño causado por el ciclón Idai, que desde el pasado 15 de marzo ha provocado inundaciones que han destruido caminos, hospitales, viviendas y líneas de energía eléctrica además de causar la muerte de decenas de personas en Mozambique, Zimbabwe y Malawi.

Según ha informado la Oficina de prensa del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano, a través del que se ha completado la ayuda económica, la contribución será de 50.000 para cada país que servirán para “ayudar a la población en esta primera fase de emergencia”. “Esta suma será empleada en operaciones de rescate y asistencia a las personas y las ciudades. Quiere ser una expresión inmediata del sentimiento de cercanía espiritual y aliento paternal del Santo Padre hacia las personas y territorios afectados y será distribuido, en colaboración con las Nunciaturas Apostólicas, entre las áreas más afectadas por la catástrofe”, añadieron.

Al menos 1.700.000 personas estaban en la ruta del ciclón Idai en Mozambique y otras 920.000 personas fueron afectadas en Malawi. En Zimbabwe hay, al menos, 15.000 afectados.