México

Los tres papas que pidieron perdón por los abusos cometidos en la Conquista de México

  • El obispo Felipe Arizmendi explica que no solo Francisco lo hizo, sino también Juan Pablo II y Benedicto XVI
  • Considera que la exigencia ahora de López Obrador es un gesto populista y manifiesta el desconocimiento de la historia reciente





Luego de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, exigiera al rey Felipe VI de España y al papa Francisco que pidieran perdón por los abusos y crímenes cometidos contra los pueblos originarios durante la Conquista, el obispo mexicano, Felipe Arizmendi, aseguró que se trata de un gesto populista y manifiesta el desconociendo de la historia reciente por parte del Jefe del Ejecutivo.

Este lunes, el Presidente de México difundió un video en el que informó que con ocasión de que en 2021 se cumplirán 500 años de la Conquista de la antigua Tenochtitlan, envió sendas cartas a España y al Vaticano para exigir de ellos una disculpa.

El gobierno de España –a través de un comunicado- rechazó con “firmeza” y “lamentó profundamente” la misiva, al tiempo que aseguró que “la llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas, no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”.

En tanto, el Vaticano aseguró que el Santo Padre, a nombre de la Iglesia católica, ya ha pedido perdón por los abusos cometidos a los pueblos originarios durante la Conquista de América, según declaraciones del vocero, Alessandro Gisotti, a la agencia EFE. El video en el que el papa Francisco pidió perdón, correspondiente a su visita apostólica en Bolivia en 2015, se ha hecho viral.

San Juan Pablo II en 1992

Al respecto, el obispo Felpe Arizmendi, emérito de San Cristóbal de las Casas y responsable de la Dimensión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia del Episcopado Mexicano, explicó que en varias ocasiones la Iglesia ha pedido disculpas por ello, y puso tres ejemplos.

Recordó que el papa Juan Pablo II, en Santo Domingo, República Dominicana, dijo a los indígenas: “La Iglesia, que con sus religiosos, sacerdotes y obispos ha estado siempre al lado de los indígenas, ¿cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización? Hay que reconocer con toda verdad los abusos cometidos debido a la falta de amor de aquellas personas que no supieron ver en los indígenas a hermanos e hijos del mismo Padre Dios… En nombre de Jesucristo, como Pastor de la Iglesia, os pido que perdonéis a quienes os han ofendido, que perdonéis a todos aquellos que durante estos quinientos años han sido causa de dolor y sufrimiento para vuestros antepasados y para vosotros. El mundo siempre tiene necesidad del perdón y de la reconciliación entre las personas y los pueblos. Solamente sobre estos fundamentos se podrá construir una sociedad más justa y fraterna”.

San Juan Pablo II en 2007

Por su parte –refirió Arizmendi– el papa Benedicto XVI reconoció: “Ciertamente el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del Continente latinoamericano: no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales. Pero la obligatoria mención de esos crímenes injustificables –por lo demás condenados ya entonces por misioneros como Bartolomé de las Casas y por teólogos como Francisco de Vitoria, de la Universidad de Salamanca– no debe impedir reconocer con gratitud la admirable obra que ha llevado a cabo la gracia divina entre esas poblaciones a lo largo de estos siglos”.

Papa Francisco en 2015

En cuanto al Papa Francisco, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas recordó las palabras que pronunció en Bolivia en 2015: “Les digo, con pesar: Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano, y también quiero decirlo. Al igual que san Juan Pablo II, pido que la Iglesia  –y cito lo que dijo él– ‘se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos’. Y quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América. Y junto a este pedido de perdón, para ser justos, también quiero que recordemos a millares de sacerdotes, obispos, que se opusieron fuertemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado, hubo pecado y abundante, y por eso pedimos perdón, pero allí también donde hubo pecado, donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia a través de esos hombres que defendieron la justicia de los pueblos originarios”.

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