Los obispos españoles, reunidos en Asamblea Plenaria desde hoy, 1 de abril, hasta el día 5, “difícilmente” tomarán la decisión de encargar un informe que analice las dimensiones de los abusos sexuales en la Iglesia en España. Pero lo que no están dispuestos a tolerar algunos prelados es “el marasmo” actual, más pendientes de las medidas que puedan llegar desde Roma que de actuar con prontitud ante el afloramiento de casos que está minado gravemente la credibilidad de la institución.
“En esta Plenaria se hablará de los abusos, y es el momento de hacerlo con mucha libertad y transparencia. Hay que pedir que se den pasos concretos, y algunos vamos a pedirlos en esta Asamblea, sin esperar a que vengan de Roma o de donde sea. Cada obispo tiene que actuar ya, pero debería de haber una coordinación desde la Conferencia Episcopal, porque aunque es cierto que esta no puede imponer nada una diócesis, sí puede coordinar unas tareas”, señala un obispo a Vida Nueva.
“Esta Plenaria sí que es el momento para decir que ya estamos actuando y para hacer público cómo estamos respondiendo a esta situación. Y si alguno no está respondiendo, pues que se ponga a ello”, señala tajante. “La Conferencia Episcopal no tomará la decisión de encargar un informe que mire hacia atrás. Difícilmente se decidirá eso”, señala otro obispo. “En España hay reticencias, muchas y por muchos, a abordar en profundidad la cuestión de los abusos. Tenemos miedo y somos muy cómodos. Preferimos esperar a que sea Roma la que hable en vez de movilizarnos nosotros ya”.
“Algunos se preguntan por qué seguimos con el tema”
Junto a esta actitud, este obispo alerta de aquellos otros “que se preguntan por qué seguimos hablando tanto de los abusos. Algunos critican que la Iglesia haya tomado la decisión de seguir abordando este tema, cuando lo que hay que hacer es tomar medidas ya y profundizar. Tenemos que mirarnos, analizar y ver, con claridad, valentía y caridad, si hay algo que sanar. Y si es necesario, tomar medidas drásticas”.
“Existe la sensación de que es un tema que nos esta desgastando mucho, porque se está perdiendo la confianza en la Iglesia. Es muy fácil sembrar la desconfianza y a los obispos, a los que nos ven también como a unos padres, y que estamos más acostumbrados a recibir halagos y palmadas en la espalda, nos da miedo esta situación”, corrobora otro pastor sobre el estado de ánimo episcopal sobre este asunto.
A ello, añade otro problema: “Dentro de nosotros hay división”. En su opinión, hay un grupo de obispos “que piensa que escampará porque se considera que el número de 33 clérigos condenados en las cárceles españolas por pederastia en las últimas décadas, frente a los más de 40.000 casos, es una cifra muy pequeña. Y se cree que si nos ponemos a trabajar en este asunto, buscando soluciones, en el fondo sería como admitir que tenemos un problema. Pero lo cierto es que no recuperaremos la confianza perdida si la gente no ve medidas efectivas por nuestra parte. Querer cerrar los ojos no lleva a ninguna parte, y es cierto que hay un sector, no mayoritario, que sí está por cerrar los ojos”.