América

Tres claves para entender la hora de la vida religiosa en América Latina y el Caribe

  • Tras las recientes Junta Directiva y Encuentro de Secretarias/os de las Conferencias Nacionales del continente, la CLAR acentúa su compromiso con los más vulnerables y con la creación
  • En su mensaje a la vida consagrada, los participantes de ambas reuniones manifiestan su compromiso para “transformar la muerte en vida buena y sobreabundante para nuestros pueblos”





Siete meses han pasado desde la XX Asamblea General de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), celebrada en agosto de 2018 en Medellín (Colombia). En el marco conmemorativo de los 60 años de la CLAR, la XLVI Junta Directiva y el XIII Encuentro de Secretarias/os de las Conferencias Nacionales de religiosos (realizadas, consecutivamente, en Santiago de Chile, entre el 18 y el 22 de marzo), representó una oportunidad para valorar el camino recorrido y plantear los derroteros del Horizonte Inspirador de la vida consagrada del continente para el trienio 2019-2021.

Así se expresa en el Mensaje Final divulgado por la CLAR, al confirmar que estos siete meses han sido el “tiempo necesario para recoger los primeros pasos de la andadura y preguntarnos cuál es el ‘más’ de la entrega”, sin dejar de reconocer que la elección de Santiago de Chile para la realización de ambos encuentros no ha sido casual: “escogimos esta Iglesia particular para disponernos a la escucha de las diversas realidades de nuestra América. Impulsadas/os por la fuerza del Espíritu nos acercamos de puntillas a esta tierra sagrada, agitada por el drama de nuestras debilidades”.

Con un llamado a la “solidaridad efectiva y eficaz” para revisar el modo como la vida consagrada del continente vive y anuncia el Reino, la CLAR también ha manifestado la necesidad de emprender un “doloroso, aunque necesario, camino penitencial por pecados y delitos que han herido el cuerpo santo de las víctimas: en sus heridas reconocemos nuestras heridas, por ser una problemática común a todos“.

En este sentido, al concluir la Junta Directiva y el Encuentro de Secretarias y Secretarios de las Conferencias Nacionales, la CLAR expresó tres grandes propósitos, a modo de compromiso.

1. Mirada atenta a las heridas de los más vulnerables y de la creación

“Los lamentos imposibles de eludir son signos de que algo se agotó, algo no da más”, han manifestado las religiosas y los religiosos reunidos en Chile. Esta realidad que duele y afecta profundamente, impulsa a “buscar formas nuevas de ser y hacer en Iglesia y como vida consagrada“.

La apertura y la escucha atenta a todas las realidades y a los gemidos de los nuevos rostros de los pobres y de la creación, representa, sin duda, una clave fundamental frente a ‘la hora’ que vive la Iglesia, en la que se requiere priorizar “las voces de las víctimas de abusos sexuales, de conciencia y de poder“.

2. De la muerte a la vida

Otro de las claves que propone la CLAR, “atenta a la voz de la Ruah divina discerniente-sentipensante”, tiene que ver con “los anhelos, preocupaciones y búsquedas de nuestros pueblos, la sed de dignidad, los reclamos de participación política y de justicia”. Ante las interpelantes realidades de muerte que impactan la vida de los más pobres y de la madre Tierra, la vida consagrada de América Latina afirma que “el cuerpo llagado de Dios, que es el cuerpo de los más pobres y de la creación maltratada, nos golpea y nos obliga a preguntarnos continuamente ¿con qué agua vamos a llenar las tinajas para que la Fuerza de Dios transforme una vez más la muerte en vida buena y sobreabundante para nuestros pueblos?” 

Siguiendo la inspiración de María de Nazaret, ‘Mujer-Madre de Caná’, la vida religiosa asume su consagración “como la mejor oportunidad para evidenciar las carencias y ponernos a la orden de Aquel que en esta hora quiere hacer llegar a todas sus hijas/os el vino exquisito de una nueva vida consagrada y de un nuevo modo de ser Iglesia“. 

3. Entregar lo mejor en los contextos congregaciones y entre los pueblos

Finalmente, desde las heridas y las carencias de ‘esta hora’ del continente, la CLAR anima cada uno de los religiosos y religiosas “en su taller, en su comedor comunitario, en su salón de clases, en su hospital, en su casa de acogida, en los distintos oficios con los que hacen presente el Reino de Dios”, para que no cesen los esfuerzos para que florezca la vida, invitándolos “a transitar, caminar, peregrinar e implicarnos todos en la danza de la vida”.

‘La fiesta no puede acabar’, es el título del himno que la CLAR acaba de lanzar para este trienio 2019-2021, disponible en su canal de YouTube. En él se condensan estas claves para comprender y animar ‘la hora’ de la vida religiosa en América Latina.

 

Foto: CLAR

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