La Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCPM), creada por el papa Francisco en marzo de 2014 para promover en las Iglesias locales iniciativas destinadas a evitar los casos de pederastia eclesial, concluyó el pasado domingo, 7 de abril, los cuatro días de reuniones de su décima asamblea plenaria.
Las sesiones se abrieron, según informó en un comunicado la citada institución, con el testimonio de una señora proveniente de un país del África subsahariana que sufrió abusos sexuales cuando era menor de edad por parte de un eclesiástico. Su testimonio fue muy útil para que los participantes en la reunión comprendieran las dificultades que afrontan las víctimas en el contexto cultural particular de esta mujer.
Pasos adelante
El presidente de la PCPM, el cardenal capuchino Seán O’Malley, arzobispo de Boston, celebró la convocatoria el pasado febrero en el Vaticano de la conferencia sobre pederastia eclesial con representantes de los episcopados de todo el mundo. También aplaudió las recientes normas aprobadas en el Estado de la Ciudad del Vaticano sobre protección de menores.
Según el comunicado de la PCPM, el simposio de hace dos meses muestra que “está madurando la comprensión del papel crítico de la protección” de los niños en la “vida y en la misión de la Iglesia”, aunque también puso de manifiesto “que queda mucho por hacer”.
Encuentro en América Latina
La PCMP presentó una serie de proyectos que espera desarrollar en los próximos meses, entre los que destaca la organización de un seminario junto a la arquidiócesis de Bogotá sobre cómo crear ambientes de protección para menores América Latina. En el encuentro colaborará la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En las reuniones de la asamblea plenaria de la PCMP participó Charles Scicluna, arzobispo de Malta, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) y el mayor símbolo con el que cuenta hoy el Vaticano en la lucha contra la pederastia.