El papa Francisco ha pedido al obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, que continúe su ministerio episcopal en Roma por tiempo indefinido. Lo anterior fue informado este miércoles por el presidente del Episcopado de Nicaragua, el cardenal Leopoldo Brenes, y por el propio Báez, quien además confirmó que el año pasado se planeaba un atentado en su contra.
De acuerdo con el cardenal Brenes, el Santo Padre tomó la decisión de trasladar a Báez tras sostener una reunión con él hace aproximadamente 15 días en el Vaticano. El Obispo Auxiliar de Managua ha sido uno de las mayores críticos del gobierno de Daniel Ortega, principalmente en la crisis socio-política que vive ese país desde hace casi un año.
“No abandono al pueblo”
Ante los medios de comunicación, Silvio José Báez dejó en claro que él no pidió salir de Nicaragua: “mi corazón ha estado siempre en mi patria… he sido llamado por el Santo Padre. Fui a Roma y me recibió de una manera muy fraterna, con un gran interés por mi ministerio, y también por la situación de Nicaragua”.
Y añadió: “No abandono al pueblo de Dios, donde vaya lo llevaré en mi corazón de pastor. No me voy a desentender de Nicaragua (…) continuaré viviendo con fidelidad mi vocación de obispo, iluminado por el Evangelio de Jesucristo, y donde vaya también enarbolaré con orgullo y con esperanza el pabellón azul y blanco de nuestra patria”.
El obispo nicaragüense reconoció que la decisión del Papa le hizo llorar: “¡Y cómo no hacerlo!, si en estos diez años he tenido el cariño, apoyo, confianza y cercanía y oraciones de la gente: de nuestros jóvenes, de nuestros niños, de nuestros hombres y mujeres, de nuestros barrios marginados; ¡cómo olvidar a los campesinos, a las madres de las víctimas de la represión, a los jóvenes perseguidos y sufridos, a quienes están en la cárcel; llevo todo esto en mi corazón!”.
Amenazado de muerte
Silvio Báez denunció haber recibido en los últimos meses varias amenazas de muerte, incluso, en junio o julio del año pasado fue alertado por el Departamento de Política de la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua de un plan para asesinarlo, a él y a la entonces embajadora estadounidense, Laura Dogu.
Dijo que no lo había dado a conocer por cuestiones diplomáticas, pero decidió confirmarlo luego de que la ex embajadora estadounidense lo hiciera público.
“Mi vida ha estado continuamente amenazada, pero nada de eso ha paralizado mi ministerio, ni para seguir con el Evangelio y seguir haciendo críticas constructivas“, añadió el obispo.
Báez aseguró que ésa fue sólo una “de las tantas amenazas” que ha recibido desde que estalló la crisis en Nicaragua. Refirió que esto lo ha obligado a cambiar en cuatro ocasiones su número de teléfono móvil, y relató que en el exterior de su residencia continuamente hay personas que toman fotografías a su vivienda, e incluso, se le vigila con drones.
